EL GNOSTICISMO REVIVIDO
El Gnosticismo ha permanecido siempre justo bajo la superficie a lo largo de la historia de la Iglesia, sin embargo su impacto se ha sentido fuertemente en ciertos tiempos. El Renacimiento humanista y el Romanticismo fueron avivamientos de las influencias Griegas y gnósticas. El Romanticismo sigue siendo hoy una fuerza potente en la cultura Occidental y está moldeando al moderno Cristianismo americano, tanto liberal como evangélico. Podemos verlo en la tendencia hacia la subjetividad en lugar de confiar en la palabra objetiva de Dios. La fuerza impulsora del avivamentismo en el siglo diecinueve fue una experiencia personal de ser nacido de nuevo y la teología de la segunda bendición, que predicaban el escape de este mundo en un vuelo hacia Dios a través del abandono de todo. “La doctrina era considerada un estorbo, lo mismo que los credos, las liturgias y los sacramentos, y la tendencia anti-intelectual levantó su horrible cabeza.”36 Charles Finney es el ejemplo por excelencia de un líder Cristiano que promovió estas enseñanzas, sin embargo sigue siendo ampliamente leído y considerado un héroe de la fe. Bajo el avivamentismo la predicación giró de la obra salvadora y objetiva de Cristo a la experiencia subjetiva del creyente de la gracia salvadora de Dios en Cristo resultando en las técnicas de auto-mejoramiento y en los énfasis psicológicos. El evangelio se convirtió en una fórmula secreta (gnosis) para el renacimiento, la auto-realización y la experiencia 35 Mark Noll, The Scandal of the Evangelical Mind [El Escándalo de la Mente Evangélica], (W. B. Eerdmans Publishing Corp. Grand Rapids, MI, 1994). 36 Horton, p. 65. directa e inmediata con Dios. Los componentes gnósticos compartidos del Romanticismo y el Pietismo produjeron al padre del Liberalismo moderno, Friederich Schleieremacher, quien insistía en que la esencia del Cristianismo es “el sentimiento de la dependencia absoluta.” Schleieremacher tuvo una gran influencia sobre Walter Rauschenbusch el líder del movimiento del Evangelio Social y también sobre Adolf von Harnack, otro destacado teólogo liberal. El liberalismo Protestante también nos dio la escuela del pensamiento positivo de Norman Vincent Peale, que a su vez nos dio el movimiento del potencial humano. Como la Ciencia Cristiana de Mary Baker Eddy, estos envuelven un intento de escapar del poder de la naturaleza por medio de técnicas psicológicas (auto-ayuda.) La mente sobre la materia es el intento de controlar la respuesta de uno a los incontrolables aspectos de la existencia. Algunos lo llamarían magia. El pensamiento positivo pone la fe en lugar de Dios. Es interesante notar que Peale ha respaldado las campañas de Billy Graham y que Graham ha considerado a Peale como un Cristiano nacido de nuevo. El movimiento del Crecimiento de la Iglesia es otra consecuencia de la doctrina del pensamiento positivo. Es la fe lo que hace que las Iglesias crezcan.
El pensamiento orientado a las posibilidades y el establecimiento de metas son prerrequisitos para el crecimiento de la Iglesia según C. Peter Wagner y la fuente del movimiento, Donald A. McGavran.37 El punto focal es encontrar las necesidades de la gente y proveérselas en lugar de servir a Cristo y su Reino. La antítesis entre el redimido y el no redimido se ha vuelto borrosa. Hoy podemos ver que en realidad hay muy poca diferente entre los evangélicos y los Protestantes liberales en su enfoque del ministerio. Como dice Lee, “... los evangélicos parecen haber sufrido una metamorfosis hasta convertirse en los más inofensivos Protestantes liberales.”38 En línea con la exaltación Gnóstica de la fe se halla el movimiento de la “Palabra de Fe.” El fundador de este movimiento fue E. W. Kenyon quien luego fue plagiado por Kenneth Hagin, Kenneth Copeland y otros. Kenyon estaba muy interesado en las enseñanzas de Mary Baker Eddy y en la Ciencia Cristiana.39 Fue Kenyon quien introdujo los conceptos Gnósticos del conocimiento en la teología de la fe. Distinguía entre el conocimiento de los sentidos y el conocimiento por revelación, que en sus seguidores se convirtió en una distinción entre la revelación meramente escrita y la palabra que realmente salva, siendo esta última la palabra “Rhema.” El punto de este ensayo no es argumentar que respetados maestros evangélicos de la Biblia sean líderes de cultos. Sin duda que muchos de estos líderes serían los primeros en condenar el Gnosticismo como herético. No es el error intencional el que se señala aquí. El problema es que el Cristianismo americano ni siquiera es consciente de lo que sucede. Si no que sigue adelante como si todo estuviera bien. No obstante, la religión americana, a pesar de los distintivos denominacionales, es Gnosticismo. La experiencia sobre la doctrina, lo 37 C. Peter Wagner, Su Iglesia Puede Crecer (Glendale, Calif.: Regal Books, 1976) y Donald A. McGavran, Entendiendo el Crecimiento de la Iglesia (Grand Rapids: Eerdmans, 1970), ambos citados en Lee, p. 210. 38 Ibid., Contra los Protestantes Gnósticos, p. 210. 39 D. R. McConnell, Un Evangelio Diferente. Lo personal sobre lo institucional, lo femenino sobre lo masculino,40 la inmanencia sobre la trascendencia, no importa si eres Nueva Era o Liberal, evangélico o Pentecostal, el Gnosticismo es la religión americana. El Gnosticismo, junto con otras enseñanzas erróneas, crea una falsa antítesis. Hace esto al malinterpretar algo bueno como malo, tal como la creación de Dios, enfrentándola contra el espíritu, que también es creación de Dios. Una falsa antítesis presentará un conflicto inherente entre la unidad y la diversidad, o entre el tiempo y la eternidad, o entre la ley y la libertad, o entre el individuo y la comunidad, o entre la razón y la experiencia, etc. El Cristianismo tiene una larga letanía de ser arrastrado hacia estos seudo-conflictos entre falsas antítesis.41
Es obvio que el Cristianismo necesita regresar a la comprensión de que es un sistema completo de conocimiento o cosmovisión que no tiene nada que ver con el Gnosticismo. Son antitéticos entre sí. El Gnosticismo no es una especie variante del Cristianismo. El Gnosticismo es una religión falsa y debe ser repudiado como tal. Los Cristianos deben ponerse al lado de Ireneo, el de la antigüedad, “en contra de los Gnósticos.” Hacer esto significa reconsiderar la enseñanza Cristiana básica con respecto a la Trinidad, la encarnación y la auto-revelación proposicional divina del Creador. En la Trinidad, tanto el uno como los muchos son igualmente últimos y necesarios para una cosmovisión convincente.42 Solamente el teísmo Cristiano provee la vinculación necesaria de lo trascendente y lo inmanente sin la reducción de un lado u otro. En el dualismo de la cadena Gnóstica del ser lo trascendente es hecho trivial y convertido en inmanente al exaltar la experiencia. El hecho de que Jesús es plenamente Dios y plenamente hombre nos dice que Dios ha escogido revelarse tanto como trascendente lo mismo que inmanente. También, la unidad y la diversidad, como la inmanencia y la trascendencia, se complementan la una a la otra en lugar de entrar en conflicto. El Gnosticismo, el antiguo y el actual, regresa continuamente a alguna forma de pensamiento dialéctico, ya sea el de forma-materia, naturaleza-gracia, o en tiempos modernos, naturaleza-libertad. En cada herejía dualista el mundo es inherentemente dividido. Son estos dualismos los que han infectado el Cristianismo en la forma de espíritu vs. la materia, o ley vs. gracia, o mente vs. materia, etc.
La Biblia nos enseña que el mundo está dividido ética y personalmente: Satanás vs. Dios, lo correcto vs. lo incorrecto, la libertad vs. la tiranía, etc. Este conflicto terminará en la historia el Día del Juicio. Cada vez que los Cristianos sustituyen el dualismo ético con el dualismo metafísico caen en la herejía y todo lo que conlleva. Es aquí donde nos encontramos hoy: el Gnosticismo revivido.
C&S 40 Ann Douglas, La Feminización de la Cultura Americana (Alfred A. Knopf, New York, 1977.) Douglas dice que la derrota del Calvinismo por parte del sentimentalismo anti-intelectual condujo a una iglesia feminizada
. 41 Herman Dooyeeweerd, En el Ocaso del Pensamiento Occidental, (Presbyterian & Reformed Publishing Co., Philadelphia, Pennsylvania, 1960), pp. 38-51
. 42 Cornelius Van Til, Una Teoría Cristiana del Conocimiento, (Presbyterian & Reformed Publishing Co., Phillipsburg, N.J., 1969.)
Nota: Esta es parte del excelente artículo titulado Peligro Inmanente, y que fue publicado originalmente en la revista Christianity & Society, Vol. XV, No. 1, Abril de 2005. Poco a poco iremos traduciendo y publicando el resto del artículo. secundario y limitado.
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