En ocasiones, cuando leemos un determinado texto bíblico, no captamos totalmente el significado de aquel escrito ya que no conocemos del todo el medio en que se desarrollaba la vida cotidiana de los judíos en la época bíblica, así como sus usos, costumbres y tradiciones contenidos en el texto de la historia que estamos leyendo. Si conociéramos y entendiésemos dichos aspectos de la vida cotidiana de aquel pueblo, nuestra comprensión de los hechos narrados en la Biblia sería más completa y efectiva para cada uno de nosotros.
Y este precisamente es el objetivo del presente estudio: el de dar a conocer de una manera lo más sencilla posible la forma de vida cotidiana del pueblo judío entre el cual vivió, predicó y murió Jesús. Así comprenderemos muchas cosas que hasta ahora habíamos ignorado o malinterpretado.
Para ello iniciaremos la explicación describiendo el medio ambiente en donde se inició la etapa sedentaria de los judíos, adelantándonos poco a poco en la historia hasta conocer su vida cotidiana.
Al final de este trabajo se detalla un Glosario de términos, para así facilitar una mejor comprensión del texto y de las palabras subrayadas en el mismo.
EL MEDIO AMBIENTE Y LA VISION HUMANA DEL MUNDO
Las grandes culturas idólatras de Egipto y Mesopotamia reflejaban con exactitud su medio físico. Su religión, como la de los hititas y cananeos, estaba centrada en la naturaleza. No tenían un concepto verdadero de un Dios Creador, único y todopoderoso.
De tal forma, los desvaríos climáticos, los eventos de la agricultura y la geografía del mundo que les rodeaba, los atribuían a la intervención de una amplia gama de dioses. La geografía distintiva de Egipto y Mesopotamia, en particular los grandes sistemas fluviales de los ríos Nilo, Tigris y Éufrates, determinó en gran medida la diferencia de su estilo de vida.
LA NATURALEZA Y LA FE
La mezcla de culturas ha logrado encubrir los contrastes entre las dos grandes civilizaciones fluviales, la egipcia por el Nilo y la mesopotámica por el Tigris y el Éufrates. Mientras que Mesopotamia estaba expuesta a ser invadida tanto por los pueblos de las montanas como por los nómadas del desierto, Egipto se encontraba más seguro en su aislamiento. Las planicies bajas de Mesopotamia también eran amenazadas por imprevistas inundaciones debido a los caprichos del clima y a los derrumbes que ocasionalmente formaban presas en los grandes ríos tributarios del Ti gris.
Las aguas de esta forma contenidas, irrumpían soltando enormes torrentes de agua. La amenaza de salinidad, que tornaba infértil la tierra, quizás explique la migración general hacia el norte, a las planicies medias de Mesopotamia, después de la caída de la civilización sumeria.
Entre estos habiru o apiru, denominación de las personas desplazadas, estaba Abraham, un arameo errante.
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