La crucifixión es el hecho más cierto que conocemos de Jesús, el que aparece en más fuentes y con más seguridad. Sabemos que fue crucificado y sabemos casi al detalle cómo se produjo este suplicio, pero no conocemos plenamente los motivos y el papel de las personas que intervienen activamente en ella.
Jesús está en relación con Juan Bautista, personaje que presenta una amplia garantía de historicidad testimoniada por múltiples fuentes. Jesús es familiar suyo, escucha su predicación, se hace bautizar por él, elige discípulos entre los seguidores que él tenía, y da un testimonio elevado de su integridad moral y espiritual (Cf. Mt 11,1-4).
Jesús convoca a un grupo de discípulos en torno a Sí, igual que hacían los maestros rabínicos de su tiempo. Viven junto a Él, que les dedica lo mejor de su tiempo y les hace partícipes de sus más profundos secretos y enseñanzas. Aunque lo reconocen como el Mesías (Cf. Mc 8,29), no parecen comprender a fondo lo que reciben y no actúan fielmente en los momentos más decisivos.
Otro dato que se puede corroborar históricamente con innumerables testimonios de los más variados orígenes es la oposición hacia Jesús de las autoridades religiosas judías del tiempo. Incluso el Talmud se hace eco de esta aversión. Los grupos que encabezan esta oposición aparecen perfectamente individuados en Los Evangelios.
La crucifixión es el hecho más cierto que conocemos de Jesús, el que aparece en más fuentes y con más seguridad. Sabemos que fue crucificado y sabemos casi al detalle cómo se produjo este suplicio, pero no conocemos plenamente los motivos y el papel de las personas que intervienen activamente en ella. Todavía hoy se discute la responsabilidad de cada personaje, muchos de ellos perfectamente identificados por diversas fuentes históricas. El relato de la pasión no es un acta de sesiones ni una relación documental, ese no era el estilo judío, pero unánimemente los especialistas afirman que este relato es el más antiguo de Los Evangelios y, por tanto, el más próximo a los acontecimientos. Incluso se aportan datos de testigos oculares que transmiten los hechos (Cf. Mc 14,51 ss.; 14,66 ss.; 15,21; 15,40 ss.), indicaciones muy precisas del tiempo y del lugar que resultan coincidentes entre sí y aumentan el valor testifical de los textos.
Norberto Rivera Carrera
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