La detención de Jesús en Getsemani, Marcos es el único de los evangelistas que hace mención a un extraño personaje que aun, en la historia de Jesús, es más fugaz y desconocido que José de Arimatea, ya que de ese extraño personaje y su extraña actitud no sabemos ni su nombre. Marcos el único que lo menciona, descrie así los hechos: “Pero cierto joven le seguia, cubierto el cuerpo con una sabana; y le prendieron; mas él, dejando la sabana, huyo desnudo”. [Mc. 14: 51-52]. De esta historia se deduce que cuando todos lo discípulos dejan solo a Jesús tras su detención, solo hay un “cierto joven” que le sigue, y los soldados al ver que seguía al detenido intentan detenerlo, forcejean con él y pierde la sábana que le tapa el cuerpo, y desnudo huye. En realidad que pretende explicar esta historia, quien es este extraño personaje y por que Marcos le da importancia para mencionarlo. No deja de ser un episodio extraño, en el que un desconocido interpreta un papel muy secundario. ¿Pretende Marcos decir alfo simbólicamente ante el hecho de perder su sabana y tener que huir desnudo? Es indudable que esta sabana no tiene nada que ver con el sudario de Jesús, y tampoco parece que los soldados la recojan para nada. Lo único que se puede interpretar es que todos los discípulos huyen y abandonan a Jesús y un desconocido que esta dispuesto a seguirlo pierde lo único que lleva encima. Indudablemente no deja de ser un episodio extraño por la importancia que le da Marcos.
Un juicio menor y asunto sin trascendencia
Un juicio menor y asunto sin trascendencia
A partir de ese momento Jesús fue enviado por Pilatos a Herodes, quien realizo un interrogatorio que solo es mencionado en el Evangelio de Lucas. Finalmente Caifás exige que Jesús diga claramente si era Hijo de Dios, y aquí los evangelistas no se ponen de acuerdo en la respuesta, ya que según Marcos, Jesús responde: “Si yo soy”; según Mateo la respuesta es: tú lo has dicho, y según Lucas respondió: “Vosotros los decis: Yo soy”.
Tras el interrogatorio Jesús es acusado de querer destruir el templo, decir ser hijo de Dios y ser rey de los judíos. Para los romano solo el tercer argumento es merecedor de la pena de muerte, las demás acusaciones son disputas religiosas entre los judíos en las que los romanos no quieren entrar, ya que saben que tras invadir un pueblo hay que respetar su religión o religiones si se quiere mantener la estabilidad entre la población. Que fue para los romano un juicio menor y asunto sin trascendencia para ellos es evidencia en que no se procedió a escribir nada sobre el interrogatorio que realizo Poncio Pilatos o Herodes. Si hoy dispusiéramos de algún momento escrito sobre este juicio muchas dudas y recelos sobre los hechos que acontecieron a la cruxificion estarían resuelto, pero una vez mas, las pruebas históricas carecen de un testimonio palpable.
Tras el interrogatorio Jesús es acusado de querer destruir el templo, decir ser hijo de Dios y ser rey de los judíos. Para los romano solo el tercer argumento es merecedor de la pena de muerte, las demás acusaciones son disputas religiosas entre los judíos en las que los romanos no quieren entrar, ya que saben que tras invadir un pueblo hay que respetar su religión o religiones si se quiere mantener la estabilidad entre la población. Que fue para los romano un juicio menor y asunto sin trascendencia para ellos es evidencia en que no se procedió a escribir nada sobre el interrogatorio que realizo Poncio Pilatos o Herodes. Si hoy dispusiéramos de algún momento escrito sobre este juicio muchas dudas y recelos sobre los hechos que acontecieron a la cruxificion estarían resuelto, pero una vez mas, las pruebas históricas carecen de un testimonio palpable.
Como bien dice Marcos, Jesús es dejado solo, es abandonado y nadie acude a declarar a favor de él o pedir clemencia. Nadie acude al juicio, ni sus discípulos que tanto fervor le tenían, ni sus hermanos o hermanas, ni aquellos a quien había curado o había resucitado, pero si hubo falsos testigos preparados por los opositores religiosos de Jesús.
Es indudable que había miedo
Pese a las promesas de Jesús de otra vida y de un mas allá donde serian recompensados por Dios, sus seguidores tienen miedo, tienen miedo de acudir al juicio y ser condenados como él. Un miedo terrible aterra a sus seguidores hasta el punto que no aparecen en el recorrido en que transporta la cruz, no suben al Gólgota, tienen miedo a ser detenidos y se ocultan en sus casas. Todo el proceso se convierte en el juicio de los cobardes.
Pese a las promesas de Jesús de otra vida y de un mas allá donde serian recompensados por Dios, sus seguidores tienen miedo, tienen miedo de acudir al juicio y ser condenados como él. Un miedo terrible aterra a sus seguidores hasta el punto que no aparecen en el recorrido en que transporta la cruz, no suben al Gólgota, tienen miedo a ser detenidos y se ocultan en sus casas. Todo el proceso se convierte en el juicio de los cobardes.
¿Cuándo se celebro el juicio?.
Algunos investigadores bíblicos creen que fue el jueves anterior a nuestros Viernes Santo. Marcos dice que Jesús llego a Jerusalén “el primer día de los Asimos”, y ese día era viernes y festivo. Por otra parte Lucas asegura que Pilatos entrego el cuerpo de Jesús “el día de la Preparación”, es decir el sábado. En consecuencia Jesús tendría que haber muerto un viernes. Sin embargo, Jesús fue trasladado al sepulcro el viernes por la noche, cuando se encendían las lámparas para el sábado. Tampoco aquí los evangelistas se ponen de acuerdo.
¿Era Jesús tan peligroso?
Si analizamos su comportamiento vemos en él dos Jesús. Por un lado el masoquista que se deja prender sin lucha en Getsemani y prefiere enfrentarse a una muerte segura antes que intentar escapar, ya que todo parece indicar que. Por lo menos inicialmente, sus discípulos estaban dispuestos a defenderlo, aunque luego huyan todos y
lo abandonen, y por otro, Jesús que era un hombre de carácter fuerte. Pero recordemos que es Jesús quien hace envainar la espada a uno de sus discípulos.
Dos caras muy distintas de Jesús
Si analizamos su comportamiento vemos en él dos Jesús. Por un lado el masoquista que se deja prender sin lucha en Getsemani y prefiere enfrentarse a una muerte segura antes que intentar escapar, ya que todo parece indicar que. Por lo menos inicialmente, sus discípulos estaban dispuestos a defenderlo, aunque luego huyan todos y
lo abandonen, y por otro, Jesús que era un hombre de carácter fuerte. Pero recordemos que es Jesús quien hace envainar la espada a uno de sus discípulos.
Dos caras muy distintas de Jesús
Es evidente que vemos dos caras muy distintas de Jesús. El Jesús del amor al enemigo y el Jesús hostil y violento. El Jesús fiel a la ley, respetuoso con el orden establecido y el que penetra en el templo y lo destroza. Dos figuras antagónicas, una nacionalista y judía, la otra universalista y helénica. En pocas palabras, dos versiones del mismo hombre destinadas a ser leídas en los púlpitos según los fieles que escuchan.
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