¿Jesús hacia milagros o magia para convencer?

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El Nuevo Testamento recoge 35 milagros, siendo el Evangelio de Marcos, el que recoge la mayor parte, un total de 21. de todos los milagros solo uno es narrado en los cuatro evangelios, y hace referencia al alimento que prepara Jesús para dar de comer a cinco mil personas. De todos los milagros, 17 solo sin mencionados por uno de los cuatro evangelistas, siendo Juan el que meno describe, un total de siete. El más famoso de todos los milagros, la resurrección de Lázaro, solo es mencionado por Juan, lo que causa cierta incertidumbre, ya que se trata del más famoso milagro, y solo parece que se entero Juan. Los evangelistas tampoco se ponen de acuerdo en la descripción de los milagros y entre unos y otros se aprecian grandes discrepancias. Es evidente que la proliferación de los relatos de milagros tenia por objetivo situar a Jesús en un plano superior con respecto a los hacedores de milagros de la cultura helenística. Así Jesús compite con los hacedores de milagros y figuras epifanicas paganas. Para los romanos, los milagros eran una prueba de la aprobación divina, y ello se evidencia cuando se eligió a Vespasiano como emperador en el año 69 d.C. Vespasiano se encontraba en Egipto y su estancia allí estuvo plagada de prodigios y milagros que demostraban que era apto para el cargo de emperador. Alli, se produjo él cuelo de ciertas aves, hubo movimientos de cuerpos celestes que jamás se habían visto, había puertas que se abrían solas y viejos árboles que retoñaban milagrosamente. Incluso cuando Vespasiano estaba a 80 kilómetros de Roma tuvo una visión de Basilides y, entre otras cosas, hizo recuperar la vista a un ciego y curo a un tullido. Así vemos que Jesús tenia que realizar milagros para convencer a sus seguidores, sin embargo, no parece que esos milagros que realizo, 35 algunos de un carácter multitudinario, llegasen a oídos de los romano, ya que estos nada mencionan ni ninguna constancia dejan escrita, da la impresión que si llegaron a sus oídos los calificaban, como en la película La Vida de Brian, de “cosas de judíos”. A excepción de las escasas recomendaciones que hace Jesús con referencia a baños y purificaciones rituales. Así Jesús recomienda purificación en el templo al leproso como recogen Marcos y Lucas: “...ve muéstrate al sacerdote, y ofrece por tu purificación...” [Mc. 1:44]. Y [Lc. 5:14].también le recomienda al ciego que se lave en la piscina de Siloé, tras haberle untado los ojos con su saliva y lodo: “Ve a lavarte en el estanque de Siloé. Fue entonces, y se lavó y regreso viendo”. [Jn. 9 : 1 y sig]. Tampoco en estos milagros y curaciones le vemos utilizar elementos que puedan calificarse de mágicos, como cristales de cuarzo, piedras de poder, bastones u otros artilugios, Jesús solo utiliza sus manos y sus palabras. Lo que sí se aprecia es que los evangelistas incluyen curaciones y exorcismo dentro de una estructura global, sin diferencias entre un acto y el otro, sin distinción entre una sanación y la expulsión de un demonio del cuerpo.