El Dr. John Hochman, profesor de psiquiatría de la Escuela de Medicina de la Universidad de California en Los Ángeles, publicó en 1990 los resultados de sus investigaciones, en los cuales ofrece una definición sobre sectas. Retomando el concepto central de Lifton, añade: “Las sectas son grupos que utilizan métodos de ‘Reforma del Pensamiento’ para reclutar y controlar a sus miembros y que utilizan como herramienta una tríada” (Hochman, 1990:180)
Los tres puntos de la tríada que define lo que es una secta para Hochman son:
El milagro.
Pensamiento mágico alrededor del dirigente y/o actividades del liderazgo.
El misterio.
La secrecía, que oculta la práctica, creencias reales y agenda del grupo.
Por ejemplo, Shoko Asahara, gurú de La Verdad Suprema, en Japón, ofrecía cursos de yoga para reclutar miembros, pero jamás les decía que su verdadero fin era la formación de guerrilleros religiosos para llevar a cabo actos terroristas apocalípticos. Para lograr esto sujetaba a la gente a un conjunto de técnicas psicofisiológicas de control, sin que ésta tuviera conocimiento.
La autoridad.
Un régimen autoritario y absolutista que utiliza a las personas para suplir las necesidades del grupo.
la tríada sinérgica
Cuando esta tríada se encuentra presente en un grupo, religioso o de otra índole, sus componentes ejercen un efecto sinérgico; esto es, cada elemento refuerza al otro en forma recíproca para crear una atmósfera extremadamente peligrosa que puede desembocar en daños a los procesos de funcionamiento en la mente de las personas, con sus consecuentes efectos en la salud en general. El Dr. Hochman considera que para clasificar a una organización como secta desde la perspectiva médica psiquiátrica, es indispensable que reúnan los tres puntos anteriormente resumidos.
Una de las aportaciones más significativas del estudio de Hochman es la importancia que juega la secrecía para poder manipular la psique colectiva. En la secrecía del misterio hay un ocultamiento deliberado de información que la gente tiene derecho a conocer para determinar, de manera libre, a qué tipo de agrupación está ingresando. Cuando existe secrecía, se deteriora la percepción de los seguidores adoctrinados acerca de la realidad y verdadera naturaleza del grupo. Esto los vuelve particularmente vulnerables.
En este caso, la gente no presta su consentimiento a participar en la organización con pleno conocimiento. Es víctima de una especie de fraude en el cual se convierte en sujeto de técnicas que alteran la bioquímica cerebral para inhibir su razonamiento crítico y volverla pasiva y susceptible de ser explotada y dañada.
Finalmente, no podemos soslayar la reflexión médica de Hochman en el sentido de que las sectas destructivas presentan un problema de salud pública por el impacto social que tienen. La definición de Hochman sobre lo que constituye una secta, trasciende aun el ámbito médico, para enriquecer la ética jurídica. Analícese la frase consentimiento con pleno conocimiento y se llegará a la conclusión de que el espíritu mismo de este principio es el que, al ser violado, da lugar a la tipificación del delito de fraude en cualquier estado de derecho.
Los tres puntos de la tríada que define lo que es una secta para Hochman son:
El milagro.
Pensamiento mágico alrededor del dirigente y/o actividades del liderazgo.
El misterio.
La secrecía, que oculta la práctica, creencias reales y agenda del grupo.
Por ejemplo, Shoko Asahara, gurú de La Verdad Suprema, en Japón, ofrecía cursos de yoga para reclutar miembros, pero jamás les decía que su verdadero fin era la formación de guerrilleros religiosos para llevar a cabo actos terroristas apocalípticos. Para lograr esto sujetaba a la gente a un conjunto de técnicas psicofisiológicas de control, sin que ésta tuviera conocimiento.
La autoridad.
Un régimen autoritario y absolutista que utiliza a las personas para suplir las necesidades del grupo.
la tríada sinérgica
Cuando esta tríada se encuentra presente en un grupo, religioso o de otra índole, sus componentes ejercen un efecto sinérgico; esto es, cada elemento refuerza al otro en forma recíproca para crear una atmósfera extremadamente peligrosa que puede desembocar en daños a los procesos de funcionamiento en la mente de las personas, con sus consecuentes efectos en la salud en general. El Dr. Hochman considera que para clasificar a una organización como secta desde la perspectiva médica psiquiátrica, es indispensable que reúnan los tres puntos anteriormente resumidos.
Una de las aportaciones más significativas del estudio de Hochman es la importancia que juega la secrecía para poder manipular la psique colectiva. En la secrecía del misterio hay un ocultamiento deliberado de información que la gente tiene derecho a conocer para determinar, de manera libre, a qué tipo de agrupación está ingresando. Cuando existe secrecía, se deteriora la percepción de los seguidores adoctrinados acerca de la realidad y verdadera naturaleza del grupo. Esto los vuelve particularmente vulnerables.
En este caso, la gente no presta su consentimiento a participar en la organización con pleno conocimiento. Es víctima de una especie de fraude en el cual se convierte en sujeto de técnicas que alteran la bioquímica cerebral para inhibir su razonamiento crítico y volverla pasiva y susceptible de ser explotada y dañada.
Finalmente, no podemos soslayar la reflexión médica de Hochman en el sentido de que las sectas destructivas presentan un problema de salud pública por el impacto social que tienen. La definición de Hochman sobre lo que constituye una secta, trasciende aun el ámbito médico, para enriquecer la ética jurídica. Analícese la frase consentimiento con pleno conocimiento y se llegará a la conclusión de que el espíritu mismo de este principio es el que, al ser violado, da lugar a la tipificación del delito de fraude en cualquier estado de derecho.
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