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Bienvenido a QUMRÁN.Ser Judío no es pertenecer a una religión, es una misma forma de vida ante Di- y ante los demás...¡. La paz es inestable cuando se les niega a los ciudadanos el derecho a hablar libremente o practicar su religión como deseen; escoger a sus propios líderes o congregarse sin temor. Los agravios que no se ventilan empeoran, y la supresión de identidad tribal y religiosa puede llevar a la violencia.. Somos una fuente de información con formato y estilo diferente

lunes, mayo 15, 2006

ACONTECIMIENTOS RELACIONADOS CON EL ESTABLECIMIENTO DE LA MONARQUÍA EN ISRAEL

Acontecimientos relacionados con el establecimiento de la monarquía.—Las guerras con los filisteos pusieron a Israel al márgen de su desaparición. Su situación aparecía desesperada después del triunfo decisivo de los filisteos , (I Samuel 4), cuando Jehová mismo pareció incapaz de atajar la suerte contraria a su pueblo. La situación de Israel era doblemente grava, pues afectaba a la nación política y religiosamente. El ejército iraelita estaba desmoralizado. Nada se había hecho para prevenir el peligro de perder su independencia nacional. Pero peligro religioso era un más grave. El pueblo, aterrado, envía a buscar el Arca, símbolo externo de la presencia divina entre Su pueblo, creyendo que así la derrota sería imposible. Pero la batalla se declaró en contra de Israel. ¿Era Jhv incapaz de defenderlos? ¿ Eran los dioses de los filisteos más fuertes que Jahvè? En ese caso, ¿para qué servirle, si El se niega a ayudarnos o es incapaz de hacerlo?

Un nombre, el sumo sacerdote Samuel, comprendió lo aflictivo de la situación y vió que para preservar a la nación y preservar, ante, toda la religión del Dios único, dos cosas eran necesarias: (1) Unificar a todas las tribus en una sola nación y (2) elegir un caudillo que dirigiera a todos y que inspirara a los hombres.

La experiencia le enseño a Samuel que, para lograr una verdadera unión política era necesario estrechar la unión religiosa, que había sido lo que antes les hizo irressistibles, de aquí que se dedicara, ayudado por los hijos de los profetas, a hacer volver al pueblo a Dios. Para cimentar esta unión, creyó también conveniente que Israel tuviese un rey, a semejanza de los países vecinos. Conocía a un nombre que creyó reunía todas las condiciones para caudillo, y le ungió rey secretamente. Cuando Saúl hubo dado pruebas de su valor en Jabes de Galaad, se le proclamó rey por todo el pueblo. Esto secedió en el año 1037 A. C

LOS SUCESOS QUE LLEVARON A LA DIVISIÒN DEL REINO



La división del reino. – los libros de los reyes y de las Cronicas decriben detalladamente los sucesos que llevaron a la división del reino de Israel. El pueblo, descontento con los graves impuestos y la politica tiránica de Salomon, exigio al hijo de este que no procediese en la misma forma. El nuevo rey no atendio a esta petición y su respuesta fue tan altanera que provoco la rebelión de las tribus del Norte y la proclamación de Jeroboam como rey de Israel, quedando Roboam como rey de las tribus del Sur o sea, Juda. Pero hubo otro factor importante en esta decisión y este fue la actitud de los profetas, quienes comprendiendo que si se continuaban la politica salomónica se destruiria la religión de Jehova, prefirieron sacrificar la unión. Si necesario, a fin de salvar la religión, para comprender bien estas razones, es menester volver un poco atrás en la historia del pueblo hebreo.

Los primeros relatos contenidos en los libros de Josué y de los jueces nos presentan los grupos de tribus o familias. Por una parte de las tribus establecidas en el Norte y el centro de palestina; por otra, las tribus de Juda y de Simeón ( véase Jueces). Cada grupo peleó sus propias batallas y afronto sus problemas. Durante el periodo de los jueces nada se hizo para establecer la unión y es un hecho significativo que la linea divisora del primer periodo vino a ser practicamente la linea divisora entre los reinos de Israel y de Juda. Hubo dos hechos que produjeron tambien y ayudaron a mantener la división: (1). Una serie de fuertes ciudades cananeas, de las cuales Jebús era una, que se extendia casi enteramente a travez del pais del Oriente y Occidente, separando asi al Norte del Sur. (2). Las tribus del sur se entremezclaron mas con los naturales de la tierra, sintiendose, por lo tanto, mas unidos por la sangre y la religión entre ellos mismos. La amenaza de un peligro comun. Hizo quese uniesen las tribus durante algun tiempo bajo el caudillaje de Saúl, pero el Sur le nego su apoyo cuando David, que pertenecia a esta región, fue arrojado de la corte. La prontitud con que los ancianos de Juda degsinaron rey a David a la muerte de Saúl, demuestra que la unión no era muy solida. El asesinato de Abner y de Asael, los dos grandes caudillos de la casa de Saúl, obligo a las tribus del Norte a acogerse a David, pero una vez mas se desmostro la debilidad de cada unión al declararse el Norte a favor del hijo de David, Absalon, cuando este se rebelo contra su padre. Salomon cuido de eliminar a todos aquellos que pudiesen serle un peligro y tan seguro se sintio. Que nada o poco hizo para atraerse al pueblo. Al principio, se sintieron todos atraidos, porque era el hijo de David, y deslumbrados por la magnificencia de su reino, pero pronto descubrieron que para mantener aquel lugar favuloso, Salomon amontonaba sobre ellos impuestos y trabajos que significaban una verdadera esclavitud. Un pueblo de por si independiente y altivo no podia tolerar que se le sometiese a la voluntad de tiranos semejantes a los demas reyes orientales, y la rebelión hubo un producirse tan pronto se presento la oportunidad y un caudillo que los guiase.




LOS REYES DE ISRAEL Y LOS SUCESOS IMPORTANTES


REYES DEL NORTE


I. El reino dividido. - Sucesos importantes en la historia del Reino del Norte.- comúnmente se fija el año 937 A. C. como el de la división del reino y si tomamos desde esta fecha hasta el 722 A. C. cuando la caida Samaria en poder de los asirios, vemos que su historia cubre aproximadamente docientos quince años. De los sucesos mas importantes acaecidos en este tiempo pueden mencionarse los siguientes: (1) El etablecimiento de santuarios reales en Dan y Betél, ( del Norte), con el objeto de contrarrestar la atración del culto en el templo de Jerusalém (del sur). (2) Los frecuentes cambios de dinastías y asesinatos; puede observarse, a este respecto, que en los docientos quince años de su existencia como reino, Israel tuvo diesinueve reyes, de nueve distintas dinastías o familias, en tanto que Judá tuvo solamente doce reyes sin cambio de dinastía. (3) Elevación de la dinastía de Omri, por el año 885 A. C. y su espléndido reinado. El reino de Omri se desmostró en su elección de la montaña de Samaria como asiento de su capital. Aunque sufrió algunos reveces, su reinado fue próspero y elevó a la nación del Norte a una situación que no había disfrasado nunca antes (4) El reinado de Acab, con la introducción del culto de Baal y la actividad de los profetas Elías y Eliseo, descriptos en I Reyes 17 hasta II Reyes 13. Acab imitó la política de Salomón y despertó resentimiento del pueblo. (5) La revolución encabezada por Jehú, en contra de Acab, por el año 835 A. C. y que fue el comienzo de una serie de desastres para Israel. La tempestad religiosa estalló al fin, encabezando por Jehú y barrió de la tierra el culto de Baal, y del trono a la dinastía de Omri. (6) El gran reinado Jeroboam II, desde 782 A. C. hasta 741 A. C. Mediante la extensión de su territorio, el surgimiento del comercio y el desarrollo de sus recursos naturales, Israel alcanzó un poder y prosperidad no vistas desde los días de Salomón. Los males que resultaron de esta prosperidad material trajeron a la escena a los profetas Amós y Oseas. (7) Período de anarquía y de deastres. Cuatro de los seis reyes que sucedieron a Jeroboam II fueron asesinados y uno muerto a manos de los ejercitos invasores enemigos; tan solo uno murió de muerte natural. Este período termina con la destrucción de Samaria y de reino por los asirios en 722 o 721 A. C. (8) Desde los días de Omri, la suerte de Israel se vió más o menos ligada con la suerte de Asiria. En una inscripción asiria relacionada con la batalla de Karkar del año 854 A. C. aperece la primera mensión de un rey israelita, Acab, que es mensionado como uno de los aliados en contra de los asirios. Asiria intervino una y otro vez en la historia de Israel y sus ejércitos fueron los que destruyeron finalmente al reino.

LOS REYES DE JUDÁ Y LOS SUCESOS IMPORTANTES

REYES DEL SUR

Sucesos importantes en la historia de Judá, el reino del Sur
El territorio del sur era cerca dela mitad del territorio del norte, siendo la tierra de cultivos menos de su cuarta parte. Pero si bien el reino del Norte superaba al del Sur en ciertos aspectos, judá poseía ciertas ventajas que resultaron de considerable importancia en su historia posterior. Eran estas (1) su reclusión, que la favorecía contra los invasores extranjeros; (2) la condición misma de su suelo, que rendía una mísera subsistencia en cambio del más fatigoso trabajo y que desarrollaba por lo mismo hombres fuertes, tesoneros y valerosos adictos a sus colinas rocosas y a sus costumbres peculiares, incluso su religión;(3) la unidad de la población y de los intereses que la hacía una perfecta comunidad social, ligada por los más estrechos vinculos naturales; (4) la centralización del gobierno en jerusalém bajo una dinastia hereditaria que gozaba del prestigio del nombre de david y del poder cumulativo de una sucesión no interrumpida, lo que tendia a darle una mayor estabilidad; (5) la centralización del culto nacional en el templo de jerusalém, que, con su espléndido equipo y soberbía construcción, despertaba la reverencia y homenaje de todo el pueblo. La religión demostró ser aquí un vinculo de unión con el pasado y un factor poderoso con la unión nacional.

DESTIERRO

Debido en parte a estas ventajas, el Reino del sur duró ciento treinta y cinco años más que el de Israel. Durante el periodo de su existencia, Judá tuvo diecinueve reyes y una reina y todos los reyes pertenecieron a la dinastia de David. Desgraciadamente mut pocos de ellos fueron capaces y eficientes como gobernantes y no todos paticiparon de la adhesión a la religión de Jehova como David. Se menciona especialmente a Asa, Josafat Ezequias y Josías como hombres piadosos y hubo también otros que aumentaron el bienestar de su pueblo. De los hechos más importantes mencionaremos: (1) Las grandes luchas con el Norte, que comienzan con Roboám y continuan con pocas interrupciones hasta la destrucción de Israel. (2) La invación de Sisac, de Egipto, cinco años despues de la muerte de Salomón, lo que fue un serio golpe debilitó sus recursos militares. (3) El reinado de Josafat, que impulsos nuevos rumbos a la nación, dedicándose a la introducción popular y a la administración de la justicia. (4) Los sies años del reinado de Atalía, hija de Acab y Hazael, de Israel. Ella abogó por el culto de Baal, pero tuvo un fin ignominioso con la rebelión organizada por el Sumo Sacerdote Joiada. (5) El prospero reinado de Uzía, contemporanea de Jeroboám II de Israel y que termino, como en Israel, en una gran depravación religiosa y social. (6) La actividad profetica de Isaías y Miqueas, que en los ultimos años del siglo octavo trataron de dirigir al pueblo por la vias de la pureza de un culto más reverente y una vida mas honrada. (7) la reforma parcial iniciada por elrey Ezequias, ayudando por los profetas mencionados. Durante su reinado Sennacherib, rey de Asiria, invadio a Juda pero Jerusalem fue salvado providencialmente. (8) reinado de Maneses, que quiso cortar la raiz el cual el culto. De Jehova. (9) movimineto de reforma bajo el reinado de Josias en 621, lo que fijo una nueva epoca en el desarrollo religioso del pueblo de Juda aunque algunos de sus resultados inmediantos fueron desalentadores. (10) conflitos con los Asarios y Caldeos que comenzaron en el siglo octavo y dieron por resultado la caida del reino de Juda en 586 A. C.

LA DIASPORA O DESTIERRO JUDÍO A BABIBLONIA


DESTIERRO

Debido en parte a estas ventajas, el Reino del sur duró ciento treinta y cinco años más que el de Israel. Durante el periodo de su existencia, Judá tuvo diecinueve reyes y una reina y todos los reyes pertenecieron a la dinastia de David. Desgraciadamente mut pocos de ellos fueron capaces y eficientes como gobernantes y no todos paticiparon de la adhesión a la religión de Di- como David. Se menciona especialmente a Asa, Josafat Ezequias y Josías como hombres piadosos y hubo también otros que aumentaron el bienestar de su pueblo. De los hechos más importantes mencionaremos: (1) Las grandes luchas con el Norte, que comienzan con Roboám y continuan con pocas interrupciones hasta la destrucción de Israel. (2) La invación de Sisac, de Egipto, cinco años despues de la muerte de Salomón, lo que fue un serio golpe debilitó sus recursos militares. (3) El reinado de Josafat, que impulsos nuevos rumbos a la nación, dedicándose a la introducción popular y a la administración de la justicia. (4) Los sies años del reinado de Atalía, hija de Acab y Hazael, de Israel. Ella abogó por el culto de Baal, pero tuvo un fin ignominioso con la rebelión organizada por el Sumo Sacerdote Joiada. (5) El prospero reinado de Uzía, contemporanea de Jeroboám II de Israel y que termino, como en Israel, en una gran depravación religiosa y social. (6) La actividad profetica de Isaías y Miqueas, que en los ultimos ños del siglo octavo trataron de dirigir al pueblo por la vias de la pureza de un culto mas reverente y una vida mas honrada. (7) la reforma parcial iniciada por elrey Ezequias, ayudando por los profetas mencionados. Durante su reinado Sennacherib, rey de Asiria, invadio a Juda pero Jerusalem fue salvado providencialmente. (8) reinado de Maneses, que quiso cortar la raiz el cual el culto. De Jehova. (9) movimineto de reforma bajo el reinado de Josias en 621, lo que fijo una nueva epoca en el desarrollo religioso del pueblo de Juda aunque algunos de sus resultados inmediantos fueron desalentadores. (10) conflitos con los Asarios y Caldeos que comenzaron en el siglo octavo y dieron por resultado la caida del reino de Juda en 586 A. C.

El destierro y la restauración – caida Jerusalem en el poder de los aldeos muchos de los Judios fueron llevados al destierro de Babilonia. Es dicifil determianar numero de los cautivos, pero probablemente no pasaron cincuenta mil. Los judios desterrados en ningun sentido fueron considerados exclavos; tenian toda la libertad necesaria, pero no podian salir de Balbilonia. Muchos se hicieron rocos y muchos avandonaron la región de Jhv. Pero hubo tambien un buen numero de los cuales hecharon raices las enseñanza del profecta Jeremias y continuaron su alianza con Jehova desarrolandose, bajo la dirección del profecta Esequiel, que sucedió, un tipo puro de laregión y la esperanza de ser restaurados a la tierra prometidad. Hubo tres aspectos del desarrollo de la región durante la epoca del destierro que parecian prominentemente: (1) se genero un sentimineto vivo de arrepentimiento: (2) la religión paso a ser considerada como un asunto espiritual de importancia personal; (3) se afianzo para siempre la fe en un solo Dios ( Monoteísmo).
Ciro demostro benignidad
Despues de la muerte de Nabucodonosor, conquistador de Juda, el poder de la Babilonia declino rapidamente y en el año (538 A. C.,) rey de Ansán llego hacer caudillo de la ciudad e imperio babilonicos. Ciro demostro benignidad con las naciones arracadas de su tierras por los Babilonios y les dio permiso para regresar a su pais. En 537 A. C. una compañía de Judios compuesta de cuarenta y cincuenta mil personas regreso a la Palestina e inicio de nuevo una nación. Su primer acto fue erigir una altar en Jerusalem e iniciar la comtrucción de un templo. Pero el interes religioso muy pronto decayo y cuando comenzo la oposición, el pueblo desentendio sus ideales y dejo de lado la terminación del templo. Entonces surgieron (los profetas Haggeo y Zacarias) quienes obligaron al pueblo a terminar la construcción, diciendoles que tan solo asi podrian asegurarse el favor de Jhv. Sus esfuerzos no fueron vanos y en 516 A. C. se dedicaban al templo reconstruido a Dios.

HECHOS DADOS EN LA LA EPOCA INTESTAMENTARIA DEL JUDAÍSMO

EPOCA INTESTAMENTARIA

En sumamente escasa la información relativa al periodo que medio entre la terminción del templo y la llegada de (Véase Esdras en 458 A. C.) y solo sabemos algo de concreto respero a los siguientes puntos: (1) nacimiento del escepticismo, debido a no cumplirse las profecias en total y a ser evidentes las desigualdades sociales; (2) negligencia en las ofrendas y los diezmos; (3) opresión de los pobres por los ricos; (4) alianzas matrimoniales con mujeres gentiles; (5) el divorcio; (6) descuido en la observancia del sabado. Esdras, el escriba, llego a Jerusalem en 458 y tres años mas tarde llego Nehemias el gobernador designado por el rey de persia. Ambos estaban muy interesados en el bienestar de su pais y traian todos los privilegios y autorización del rey para preceder. Esdras inmediatamente ataco los abusos que veía pero sin mayores resultasdos hasta que la llegada de (Nehemias) y la combinación de sus esfuerzos comenzaron a dar frutos. Se redificaron entonces los muros de la ciudad y se trato de corregir la degeneración en todas sus formas. Hicieron esto admirablemente, estableciendo en primer lugar que la ley era la autoridad final en todos los asuntos de la vida, fuesen publicos o privados. De cada individuo. Estas reformas se implantaron en medio de grandisima oposición. Especialmente cuando se trato de expulsar del pais a las mujeres extrajeras. Nehemias, sin embargo, fue inexorable. Uno de los resultados de eso fue el alejamiento de Maneses, nieto del suno sacerdote Eliasib, quien rehuso despedir a su esposa o separarse de ella. Su suegro, Samballat, le establecio un templo rival en el monte Gerizim, centro religioso, desde entonces, de la comunidad de Samaria.

LA TRADICIÓN ORAL EN EL JUDAÍSMO


LA TRADICIÓN ORAL

Durante el período interstamentario, como hemos visto, la Torre llegó a ser la suprema autoridad religiosa y el judaísmo se estableció como una religión de libro. Pero como H. Wheeler Robinson nos recuerda: “Toda religión que edifica sobre un libro es compelida a idear medios para reinterpretar ese libro, a fin de adaptar su signuficado original a las diferentes necesidades de las sucesivas generaciones! Por lo tanto sucedío que, con el tiempo, se desarrollo junto a la Tora no escrita, “la tradicción de los antiguos” Marc. 7:3.


Su origen y Desarrillo

Los comienzos de este proceso de interpretación se encuentran con el Sopherim, el cual se esforzó en continuar los propósitos de Esdras, el gran “cimentador de la Ley”.


APLICACIÓN DE LA TORA

A Esdras se le describe como “un escriba diligente de la Ley de Moisés” (Esdras 7; 6) que había “preparado su carazón para inquirir la Ley del senor y para cumplirla” (Esdras 7:10). Además “Leian en el libro de la ley de Dios claramente”, y “ponían el sentido, de modo que esten diesen la lectura” (Neh 8:8). Esto es exactamente lo que el Sopherim procuró hacer también. Se impuso a sí mismo la tarea no soló de hacer la Tora asequible al pueblo, sino de describir e interpretar su significado para que los hombres pudieran aplicarla a su vida diaria.
Para ellos la Tora era mucho más que una supervivencia del glorioso pasado con valor sólo arcaica; era un oráculo vivo a través del cual la palabra de Dios podía estar presente en una generación tras otra. Su palabra no era estática sino dinámica, capaz de interpretaciones adecuadas para generación, asi como de renovadas aplicaciones para cada aspecto de la vida humana.

El metodo que usaron para enseñar de la Tora, por perfecto y juicio era perfectamente clara tanto en sus significactivos ético como legal; en tales casos era beber del Sopherim y de sus sucesores imprimir estas enseñanzas en la mente de las gentes. En otros lugares, sin embargo la enseñanza de la Torá no estaba clara; entonces su significado de vida ser expuesto y su verdad aplicada. Algunas veces, es cierto, las leyes desprendidas de las constumbres prevalecientes era aplicadas sin que encontrara justificación en la Tora, pero se les conferia autoridad siempre y cuando se les considerara como una “ defensas en torno en la Tora”. Esta “defensa” o auxiliar consistia en una serie preceptos admonitorios, tales como la prohibición no simplemente del uso, sino incluso del manejo de herramientas en sabado a un en caso de necesidad. Asi un hombre preferia que lo liciaran antes que encontrarse dentro de un limite que significaran violar la LEY de Dios. En tales aspectos la Tora se hizo mas y mas el centro de la vida del pueblo.
Esta tarea, bien comenzada por el Sopherim fue continuamente desarrollada por maestros que posteriormente llegaron hacer los rabies, y cuyo trabajo significo tanto para el ajuste y la determinación de la forma del Judaísmo posterior.

Se dice que tradición Sopherim fue transmitida Simón el Justo a un tal Antigono Soco, y despues a una serie de maestos cuyos nombres se dan apareados desde Jose Benjoezer y Jose ben Johanan, que vivieron alrededor del 160 a. de J. C. y de los cuales fueron sucesores Hillel y Shammia en tiempos de Jesus. Como anteriormente Sopherim estos maestros se impusieron la tarea de interpretar la Tora para las gentes y de regular sus vidas según esta guia.
Durante tiempos de Jesús tuvo lugar un progreso, en conexión con la posición relactiva de las leyes extra-escriturales, el cual habria de tener efectos de larga duración. Como hemos visto, las costumbres y tradicione, principalmente de naturaleza religiosa, habian ido imponiendose a travez de los años, y fueron aceptadas como una autoridad en el Judaismo practicamente aun sin encontrar justificación en la Tora. Asu debido tiempo hubo de formularse la pregunta concerniente a al relación entre la autoridad de esta tradición y de laTora escrita. Era evidente que no podrian existir tales autoridades independientemente. Y asi surgio de ahí la crencia soluta de que la Tora era algo más que simplemente la palabra escrita de la Escritura, sino que tambien incluia la tradición que heredaban la sucesivas generaciones. La Tora de Dios contestaban de dos partes, una escrita y otra oral, ambas con igual autoridad. Y no solo esto, ambas poseian la misma antigüedad, pues Moises, habia recibodo la Tora, escrita y oral en el Sinaí, desde donde habia sido transmitida atravez de sucesivas generaciones de hombre fieles. Fue sin duda la formulación de esta creencia la que condujo a la desarticulación del Sanedrin en la epoca de Juan Hircano ( 134-104 a. de J. C.), y a la aparición de los partidos Fariseos y saduceos. Los fariceos defendian celosamente la tradición oral, siendo sus severos opositores los saduceos quienes, aunque tenian sus propias ordenanzas sobre los sacrificios y similares, consideraban la Tora escrita como la unica autoriadad.

Todos los peligros inherentes a un desarrollo tal como el de la Tora no escrita son evidentes, especialmente cuando se llega a una disociación con el texto de la Tora escrita, y no se siente necesidad de hallar justificación en el. Pero debe rconocerse que esto liberó al judaísmo del estado en el que hubiese caido de haber seguido el pueblo la dirección de los conservadores saduceos. Por estos medios, religión y vida, trabajo y adoración, fueron integrados de una forma antes imposible, y Dios y sus mandamientos eran una realidad en la vida comun de las gentes.

LOS TRAMISORES DE LA TRADICIÓN ORAL
las fuentes rabinicas, transmisoras de la tradición oral la cual permanecio asi durante todo el periodo intertamenterio, se dividen en dos clases, la Midrash y la Mishnah.
El Sopherrim y los maestros que le sucedieron se dedicanron, tal y como hemos visto, a la exposición y aplicación de la Tora escrita y, a la luz de estos estudios, formularon nuevas regulaciones aplicables a problemas eticos y legales, los cuales se iban incrementando con la complejidad de la vida. A este proceso se le llamo DARAH o interpretación, Midrash o exegesis al de investigación exhaustiva del texto escrito para descubrir sus aplicaciones.

LA MIDRASH
se dividia en dos secciones primero, estaba en la Halakah consistente en regulaciones relativas a materias de la ley civil y religiosa, mostraba el camino que un hombre debia “andar” para saber con certeza como cumplir la ley en cada detalle. Era una exegésis de las leyes publicas de las que se formaban regulaciones con autoridad para la vida de las gentes. Este Halakah es el que forma la tradición oral.
En segundo lugar estaba el Haggadah ( de la raiz hebreaNagab), decir o relatar. Esto ocmprende todo lo que no sea el Halakah, es decir, que se punto de partida no es la ley. En su desarrollo tal y como titulaban, de los relatos biblicos mas que de la ley. Contiene una gran parte de leyenda y retazos del folklore Israelita. Pero ademas de esto hay una considerable cantidad de material ético y religioso. Se refiere a menudo a los discursos de predicadores de Sinagoga y maestros mencianándolos frecuentemente por su nombre.

La Midrash era de la encumbencia de los Rabies antes de la destrucción del templo, y despues de esto fue su principal preocupación. La funsión, presentación y amplificación de la tradicción oral era en los rasgos principales de sus estudios. Su tarea, como siempre, era estudiar la Tora escrita con tradición oral y transmitirla a otros. A este proceso de estudios, de repetición de la Tora escrita como tradición oral, se le llamo Shanah o repetición, y la totaliad de repeticiones fue conocida como Mishnah, es el nombre dado en la segunda fuente Rabinica. Sea descrito como una clasificación sistematica de las discusiones y desiciones de los Rabies durante los siglos anteriores en cuanto la recta interpretación y expanción de la Tora. Es un codigo de la ley, consistente de Halakah, con elementos Kaggadicos ocacionales, cuya formación y modificación se llevo a cabo mas o menos de esta forma:
Despues de la destrucción del templo en el año 70 a. de J.C. en vez de comentar la escritura versiculo por versiculo los rabies comenzaron a colocar el Halakot
(plural de Halakah) o leyes individuales religiosas de indole practica, es un orden especial según la materia y no según el texto biblico un primer lugar en este trabajo lo ocupan Johana ben Zakkai y sus discipulos en Jamnia. A principios del siglo II el Rabi Akiba ( muerto en el año 135 a.d. JC), ordeno el Halakot de una forma mas elaborada, aunque todavia verbalmente. Su discipulo, el Rabi Meir ( posterior al año 135 a.de JC)., lo reordeno y aclaro las partes dudosas. Despues el Rabi Juda (el patriarca)., muerte en el 200 a. de JC., hizo una revisión final de la misna, aunque no sabemos si realmente el la relato.
Despues de esta fecha a sufrido algunas alteraciones, pero en lo fundamental es el resultado del trabajo de este ultimo Rabi.
Es su forma escrita dividida en seis partes según el tema, conteniendo en cada parte un numero de tratado ( 60 en total), que se pueden fechas en el 200-250 a. de JC. Despues de la biblia la misna en la base de la literatura Judia hasta la fecha, siendo a demas el fundamento del Talmud. Con la puesta por escrito de la misna los judios se afirmaron como el “pueblo del libro”.

LITERATURA HISTORICA


LIBROS HISTÓRICOS
En nuestras Biblias bajo el título de “Libros Históricos” se suelen clasificar: Josué, Jueces, I Samuel, II Samuel, I Reyes, II Reyes, I Crónicas, II Crónicas, Esdras, Nehemías, I Macabeos, II Macabeos.
En ella encontramos la manifestación de Dios en los sucesos históricos, como se puede observar en la Biblia para el judío la historia de su pueblo era un caudal religioso y un asunto sagrado, no es la historia por la historia, sino como un importante elemento religioso. Recordemos que para ellos la historia esta en el hueco de la mano de Dios y no existe una historia secular y una historia divina, es una sola y en la cual interviene Dios. Esta posición afecto más o menos a todas sus producciones históricas. Lo anterior se debe a los sacerdotes y a los profetas. Los profetas eran los anunciadores tanto del presente como del futuro, pero cuando la historia del pasado les enseñaba algo, eran ellos quienes la explicaban e interpretaban al pueblo, como es natura siempre lo hicieron en el sentido religioso. También escribieron la historia de las instituciones, ceremonias, y reyes entre otros. También se pude hablar un tipo llamado muy propiamente “Romance Didáctico”, por el carácter de la literatura en la cual se utilizó la ficción como medio de mi imprimir lecciones éticas, patrióticas o religiosas, basándose en acontecimientos históricos. Aparte de los llamados libros históricos, encontramos porciones históricas en el llamado por Tertuliano y Orígenes (160-220; 135-254 d.c.) “Pentateuco “o “tratado de los cinco libros “, como significa la palabra. Otros incluyendo Josué por describe la escena final de la historia del origen de la nación hebrea, se haya dado el nombre de “Hexateuco “o “tratado de seis libros “. HISTORIA DEUTORONOMISTA
Los estudiosos de la Biblia hacen otra división –siguiendo naturalmente criterios técnicos- y consideran bajo el título ya conocido de “Historia Deuteronomistas” los siete libros siguientes: Deuteronomio, Josué, Jueces, I y II Samuel y I y II Reyes, libros que el canon hebreo denomina como “profetas anteriores” (los profetas posteriores son Isaías, Jeremías, Ezequiel y los 24 profetas menores. A través de esa “Historia Deuteronomista” se encuentra una refinada “teología de la historia”, es decir, se emite un juicio a la luz de, los criterios divinos sobre los comportamientos humanos, por la sencilla razón de que para el autor bíblico no hay itinerario humano que no tenga nada que ver con Dios. Teología de la historia. Fue Martín Noth (biblista, 1902-1968) quien en una obra publicada en 1943 (Überlieferungsgeschichtliche Studien) formuló la hipótesis de la llamada “Obra Histórica Deuteronomista”, que ha obtenido vastos consensos en el campo de la crítica bíblica moderna, según este autor, un judío que vivió hacia la mitad del siglo VI a. C., utilizando diversas fuentes, elaboró una historia del pueblo hebreo desde la estancia en el Sinaí hasta la liberación de Joaquín (rey de Judá) en el año 562 a. C. El objetivo de esa gran obra histórica Deuteronomista era la necesidad de explicar teológicamente la caída o ruina de los dos reinos (el reino del norte cayó entre el 722 y el 720 a. C.; el reino del sur sufrió dos exilios, uno en el 597 y el otro definitivo en el 587-586 a. C.). Estas catástrofes nacionales –según el autor bíblico-, no debían ser atribuidas a la debilidad del Dios de Israel, como pensaban los paganos de sus dioses en situaciones semejantes, sino más bien a la voluntad misma de Yahvé que quiso castigar a su pueblo por sus numerosas infidelidades contra la alianza, a pesar de los repetidos llamados a la conversión hechos por los profetas.

LITERATURA SAPIENCIAL Y POÈTICA(EL PARELELISMO)

LIBROS SAPIENCIALES Y POÉTICOS
Al hablar de los sabios de Israel nos referimos a un grupo de personas bastante heterogéneas, que abarca desde el educador hasta el filósofo o el teólogo, pasando por los preceptores de los príncipes o de la nobleza y por los consejeros de la corte. Pero junto a esa sabidurías cortesana existe esa otra popular, simple producto de la observación, de la experiencia y de los años. La sabiduría es según la Biblia “el arte de conducir”, y hay una idea clave en la Biblia: “toda sabiduría viene del Señor” (Eclo 1,1). De Dios procede todo verdadero conocimiento, por eso el sabio de Israel es un hombre profundamente religioso, que “madruga por el Señor y reza delante del Altísimo” (Eclo 39,5), ya que sólo Dios puede “llenarlo de espíritu de inteligencia” (39,6). El contacto con los libros sapienciales nos hace descubrir personajes muy diversos: desde el anciano sensato y modesto en su enseñanza hasta el anciano desencantado de la vida que es Qohelet (Eclesiastés).está el que sonríe socarronamente tras su gran descubrimiento de que “más vale vivir en el rincón de la azotea, que dentro de la casa con mujer pendenciera” (Pro 21,9), y el que formula con gran sobriedad: “También entre risas llora el corazón” (Prov 14,13). Crisis de la sabiduría: Los libros de Job y el Eclesiastés (Qohelet). Dice Job: “Por qué siguen vivos los malvados y al envejecer se hacen más ricos?” Job 21,7 (leer allí 21,8-33 una de las páginas más amargas y realistas de la Biblia).
PARALELISMO
Los antiguos hebreos eran muy religiosos y el énfasis de que hacía gala su religión les daba un caudal inagotable de sentimiento, que ellos expresaban en forma poética. Como orientales, poseían la imaginación necesaria para toda descripción poética. Y cuando estas dos cualidades se encuentran la expresión rítmica sigue casi inevitablemente, y siempre que el autor posea el genio poético. La poesía de los hebreos es sin rima, ni regular sucesión de sílabas. Se han descubierto cuatro clases de paralelismo:
1-Paralelismo sinónimo: Esto es, arreglo paralelo en que la segunda línea contiene un pensamiento idéntico o semejante al pensamiento de la primera línea, por ejemplo, el Salmo 1:2. Antes en la ley de Yahvé esta su delicia. Y en su ley medita de día y de noche.
2-Paralelismo antitético: Aquí el pensamiento de la primera línea es confirmado o encarecido por contraste, expresando la segunda línea el pensamiento opuesto: como en Proverbios 10:1. El hijo alegra al padre. Y el hijo necio es tristeza de su madre.
3-Paralelismo Sintético o de construcción: Aquí la segunda línea no contiene ni una repetición del pensamiento de la primera, ni un contrate, sino que de modo diferente hacerle avanzar. Puede ser un simple complemento de la idea, como en el Salmo 2:6: Yo empero he puesto mi rey. Sobre Sión, monte de mi Santidad. O, la segunda línea puede suministrar una comparación o motivo; Mejor es la comida de legumbres donde hay amor, que el buey engordado donde hay odio. Provervios15:17:
4-Paralelismo climatérico: Aquí la primera línea es incompleta; la segunda línea toma palabras de ella y luego completa el pensamiento; por ejemplo, Salmos 29:1: Dad a Yahvé, oh hijos de fuertes, Dad a Yahvé, la gloria y la fortaleza.
JOB PERLA DE LA LITERATURA UNIVERSAL
Job es una perla de la literatura universal. De su angustia da el salto al sufrimiento de todo el mundo, al absurdo de la vida y a la actitud incomprensible, e incluso odiosa de Dios, que disfruta haciendo el mal: “si una calamidad siembra muerte repentina, él se burla de la desgracia del inocente” (Job 9,23). En definitiva la crisis sapiencial es una crisis de la idea de Dios, pone en entredicho esa imagen de Dios “tapahuecos” y “explicalotodo” que proponían los antepasados. Por eso esta crisis sólo tiene una salida posible: encontrar una nueva imagen de Dios, que sustituya a la anterior, Job lo hace a través de una experiencia profunda y dice al final: “Te conocía sólo de oídas, ahora te han visto mis ojos” (42,5).
ECLESIASTES CRISIS
Es un modo totalmente diferente de entrar en crisis, no a partir del dolor, sino del hastío: “todo es vanidad”. La experiencia lo ha llevado a un profundo escepticismo. Su respuesta es vivir ésta vida con sencillez y realismo.

LA LITERATURA PROFÉTICA Y SUS FUNCIONES


PROFETAS El profeta es un hombre inspirado, es decir, alguien que es portavoz de Dios, y esa inspiración le viene de un contacto personal con Él. Pero el profeta es también un hombre público, su lugar es la calle y la plaza pública, el sitio donde la gente se reúne. Y el profeta es un hombre amenazado, a veces se enfrenta a duras situaciones: a Ósea lo tachan de “loco”, a Jeremías de “traidor a la patria”. En las Biblia se incluyen como libros proféticos a Isaías, Jeremías, Ezequiel y los Doce (Óseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahún, Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías, Malaquías). También añaden otras después de Jeremías a Baruc, Lamentaciones y la Carta de Jeremías. Otras Biblias ponen dentro de los libros proféticos a Daniel.
ETAPAS DEL PROFETISMO
1.Los comienzos (siglos XII – XI a. C.). Débora (Jueces 4); Samuel (I Samuel 1-15); grupos proféticos.
2.Desde la Monarquía hasta Amós (siglos X – IX a. C.).
3.Edad de oro (siglo VIII a. C.). Amós, Óseas, Isaías y Miqueas
4.Persecución y silencio (700 – 640 a. C.). Nahún
5.Resurgimiento antes del destierro (640 – 586 a. C.). Sofonías, Jeremías, Habacuc, Ezequiel (primera etapa). 6.Anuncio del perdón (585-540 a. C.). Ezequiel (segunda etapa); Deuteroisaías (Isaías 40-55)
7.Los profetas de las restauración (538-518 a. C.). Tritoisaías (Isaías 56-66); Hageo, Zacarías.
8.La marcha hacia el silencio (siglos V-III) Jonás, Joel, Malaquías.
9.Profecía y apocalíptica. Daniel.
LITERATURA PROFÉTICA .Naturaleza y funciones de la profecía hebrea. El profeta hebreo era un mensajero divinamente inspirado, cuyo deber consistía en dar a conocer la voluntad y los propósitos de Dios al pueblo escogido, (comparece Amós 3:7, 8 con Éxodo 4:16, 7:1). Al paso que el nombre de profeta no implica necesariamente la idea de predecir, esta última ha sido su aceptación general, porque puede ser el deseo de Dios dar a conocer Su Voluntad tocante al pasado, al presente o al futuro. VI.Período entre Moisés y Elías y Eliseo. Los anales del período llamado “de los jueces” mencionan solamente a dos personas que desempeñaron el oficio profético: Débora la profetisa (Jueces 4:4) y un profeta cuyo nombre no se da (6:8). Samuel consideró que era este un grave peligro y ungió a David “varón conforme el corazón de Dios”, rey sobre Israel, esperando que éste siguiera la dirección indicada por los profetas. Durante las generaciones inmediatas, el profeta aparece raras veces en escena, pero Natan (II Sam. 12:1 y siguientes; I Reyes 1:11) y Gal (II Sam. 24:11 y siguientes) son dignos sucesores de Samuel. El próximo acontecimiento político de importancia fue la división del reino, y otra vez los profetas tomaron en ello un interés activo, favoreciendo la separación. (I Reyes 11:29 y siguientes; 12:22 y siguientes). Estaban convencidos de que una continuación de la política iniciada por Salomón tendría por resultado la desaparición de la verdadera religión y estaban dispuestos a sacrificar el estado y la dinastía con tal de salvar la religión de Dios. Las esperanzas de los profetas nos e realizaron del todo, porque no todos los reyes del Norte fueron adoradores ardientes de Dios. En nombre, continuó siendo Yhv el Dios de Israel, pero la conducta de los reyes, que encontró pronto imitadores en el pueblo, no fue tal que tranquilizase los temores de los celosos profetas de Dios.
PROFETAS VERDADEROS
Los profetas verdaderos estimaban que permitir otra religión al lado de la del Dios Yhv era una traición. La crisis dio origen a la obra de dos grandes representantes del Dios de Israel – Elías y Eliseo – quienes a su manera, pero denodada y aun atrevidamente, prosiguieron la lucha hasta que lograron desalojar el odiado culto de Baal y a la infiel dinastía de Acab. Los profetas subsiguientes encontraron más tarde necesario contrarrestar otra vez la tendencia a la apostasía, pero su principal deber fue ahora presentar la naturaleza y el carácter de Yahvé hacia Israel y la humanidad en forma más clara y definida. Los escritos proféticos de este período dejan en claro que la religión de Yahvé estaba amenazada de dos graves peligros: (1) la corrupción moral y religiosa debida a un errado concepto de Yahvé; (2) los triunfos de los asirios, que para la gran masa del pueblo era evidencia de la superioridad de las divinidades asirías, lo que debía dar por resultado que se declara del todo devoto a esa deidades. Uno y otro peligro amenazaba la vida misma de la religión de Yhv. Por su parte, los cuatro grandes profetas del siglo octavo estaban convencidos que el único remedio consistía en que se tuviese un concepto justo de la naturaleza y carácter de su Dios, y este remedio se apresuraron a aplicarlo.
LOS PROFETAS DEL SIGLO SÉPTIMO
El profeta Jeremías. Durante los últimos años del siglo séptimo hubo en Judá grandes profetas: Jeremías, Sofonías, Nahum y Habacuc. De éstos, es Jeremías el más notable y ocupó el período más largo de actividad. Recibió su llamamiento al oficio de profeta en 626 y continuó profetizando hasta la caída de Jerusalén en 586. la tarea que tenía entre sí no era fácil, porque su ministerio tenía que incluir a varias naciones y no era muy inspiradora porque debía ser ante todo el profeta condenatorio.
LOS PROFETAS DEL DESTIERRO
El mensaje de Abdías. Las referencias históricas y las alusiones del propio libro de Abdías en los capítulos 11 al 14, dan a entender que el mensaje se originó probablemente, poco después de la caída de Jerusalén, en 586 A. C. El mensaje es provocado por la hostilidad de los edomitas hacia los judíos. Anuncia el profeta la destrucción de Edom (1 al 9) a causa de su hostilidad y crueldad para con Judá (10 al 16) y la subsiguiente exaltación de los judíos (17 al 21). Entre las creencias fundamentales que forman la base del mensaje tenemos las siguientes: (1) Yahvé tiene un interés especial en Israel y Judá. (2) Establecerá un nuevo reino de Dios con Judá y Jerusalén como centro. (3) La santidad será la característica principal.

EL SENTIDO DE LA LITERATURA APOCALIPTICA Y OTRAS EN EL CONON BIBLICO

.LITERATURA APOCALÍPTICA
Los escritores Apocalípticos creyeron que permanecieron en al verdadera tradición profética del Antiguo Testamento y estaban convencidos de que, como los profetas de la antigüedad, ellos también tenían un mensaje de parte de Dios. En particular les concernía el elemento predictivo que fundaron en la profecía y que había sido ampliamente rechazado por los métodos rabínicos de su tiempo. Su sistema era fijarse en predicaciones hechas en el pasado y que no se habían cumplido en el sentido literal de los pasajes en que figuraban, y ver en ellas ocultos y simbólicos significados que ellos procederían a amoldar y reinterpretar. Por lo que reinterpretando y reaplicando de este modo el mensaje de la profecía a sucesivas generaciones lo mostraron como siendo no sólo una “proclamación”, sino una “predicción” de la Palabra de Dios. Por esta razón la literaria apocalíptica ha sido descrita algunas veces como “profecía no cumplida”.

II.APOCALIPSIS EN EL LIBRO DE DANIEL
Desde el tiempo de la revuelta macabea en el año 167 a. de J. C., hasta la destrucción del templo en el año 70 a. de J. C., el pueblo judío había estado unido formando una sola nación, en muchos aspectos semejantes a otras naciones pequeñas que circundaban Palestina. Pero eran mucho más conscientes de las diferencias entre ellos y las otras naciones que de la semejanzas. La nación judía no podía compararse en poder material a los grandes imperios de los seleucidas y los ptolomeos; sin embargo, creía tener una parte predominante que desempeñar en la historia de la civilización. Esta es la impresión que se desprende del libro de Daniel, por ejemplo, al ver cómo éste aprecia el cumplimiento del propósito de Dios en y a través de su pueblo, los judíos. Aquí, “los grandes reinos gentiles, al igual que la supremacía griega de los seleucidas y ptolomeos que parecieron tan dominadores y tan terribles, son mostrados como fases de un proceso del mundo cuyo fin es el reino de Dios”.

III.LOS IMPERIOS EN DANIEL
En las visiones reseñadas en los capítulos 2, 6 y 8, el escritor ve la caída de los grandes imperios de Babilonia, Media, Persia y Grecia. Los cuales de una u otra manera tienen que ver con la historia de la nación, unos para instrumentos de juicios y otros para instrumentos de restauración, pero en todos esta la mano de Dios, como soberano de la Historia. El es quien permite surgir y suprimir los imperios.

IV.LAS “ÚLTIMAS COSA” Podemos recalcar que la gran diferencia que existe entre la profecía y la literatura apocalíptica tiene que ver con su propia doctrina de “las últimas cosas”, pero debe también recordarse que los amplios caracteres de la escatología profética fueron adoptados por los escritores apocalípticos, y que permaneció una parte esencial de su enseñanza, pese a las modificaciones y desarrollo a través de los cuales esa enseñanza pasara, prevaleció en ciertos círculos apocalípticos la idea de un reino perteneciente a este mundo, en el cual los judíos triunfarían y los gentiles serían destruidos. Esta esperanza en la restauración de Israel estaba en mucho de acuerdo con la enseñanza profética del Antiguo Testamento. Pero incluso aquí los escritores apocalípticos fueron conscientes de su lugar en la tradición profética, pues continuaron el estudio de los antiguos profetas a la luz de la futura esperanza y la interpretación de sus profecías en términos de sus nuevas expectaciones escatológicas.

V.“VIDA DESPUÉS DE LA MUERTE” (JUICIO FINAL)
La creencia de los apocalípticos en la vida después de la muerte fue mucho más allá cuanto puede ser hallado en los profetas. Pero aun esta creencia fue construida sobre la esperanza profética de la restauración, no para la nación solamente, en un reino terrenal, sino también para el individuo en un reino celestial. En conexión con esto es de especial interés la concepción apocalíptica del día del juicio final, el cual puede describirse como una especialización del profético del día del Señor. H. Wheeler Robinson ve en este día profético cuatro características, 1.juicio 2.universalidad, 3.intervención sobrenatural4. proximidad. Adicionalmente distingue cuatro características contenidas en ello las cuales enfocan la manifestación del propósito de Dios en la historia; es un día de hechos de Dios y no meramente de palabras; es un día en que muestra al Dios victorioso dentro del orden de este mundo presente y sobre el escenario de la historia humana; es un día que introduce una nueva era en la tierra.
Es interesante observar que todas estas características y distintivos se puede hallar en el apocalíptico del día del juicio final.

VI.LA INSPIRACIÓN DE DIOS
Se ha sugerido que la literatura apocalíptica e suna simple imitación de la profecía y un intento de cumplir la palabra de la escritura por unos medios que no tienen relación con el presente, porque se sale de la reflexión literaria. Ciertamente es difícil determinar hasta dónde lo suyo era una genuina experiencia de inspiración, y hasta donde una inspiración convencional de tipo literario. Pero los escritores apocalípticos no eran menos plagiadores, copiando y reproduciendo engreídos lo que los profetas habían dicho.

VII.ESPÍRITU INSPIRADOR
Al igual que los profetas, los escritores apocalípticos participaron en la creencia de que la naturaleza del hombre era accesible a ser invadida por el espíritu de Dios, y la desarrollaron para incluir a los espíritus del mal, los cuales, como el espíritu de Dios, podían posesionarse del hombre y controlarlo. Con toda probabilidad las descripciones de inspiración por las que el hombre llega a ser “poseído” habían llegado a ser, en cierto grado, un estereotipado convenio de esta clase de literatura; pero puede ser que en los libros apocalípticos esta descripción reflejará una experiencia personal del escritor mismo. En 2 de Esdras 14 se hace un intento de racionalizar de antemano ideas de inspiración que representaban la naturaleza del hombre como abierta para ser invadida por el espíritu de Dios sobre el que se pensaba en términos de materia. Allí el profeta es invitado a bobear de un vaso “Lleno como de agua, pero su color era como de fuego”.Es el vaso de inspiración rebosante de Espíritu Santo por el cual e profeta podía dictar con seguridad los veinticuatro libros de la Escritura y los setenta escritos apocalípticos.

VIII.SUEÑOS Y VISIONES
En estos escritos se hace frecuente mención a medios como sueños, visiones, trances y audiciones a través de los cuales Dios transmite su revelación al ilustre anciano en cuyo nombre el autor escribe. En la gran mayoría de los casos es completamente imposible decir cuando la experiencia anormal descrita es algo más que una mera avenencia o convenio literario o convenio con Dios, para expresar o revelar lo que si es sin duda verdadero: “Así como el profeta solía usar las vocablos Así dijo el Señor, aun cuando de hecho no había ninguna experiencia psíquica en la que oyera una voz, pero deseaba poner de manifiesto la voluntad de Dios la cual él había conocido por otros medios, así el término “visión” vino a tener un uso convencional semejante tanto en profecía como en la literatura apocalíptica”.

IX.SIGNIFICADO DE APOCALÍPTICA
Aquí nos acercamos a la más característica literatura producida por el judaísmo. El judaísmo estaba caracterizado por un intenso mesianismo, y se pensaba que la edad mesiánica anunciaría el fin del presente orden del mundo; de aquí la abundancia de escritos apocalípticos. Él termina “apocalíptico” es una transliteración de una palabra griega compuesta por otras dos palabras, una que significa “des” y la otra “cubrir”; De allí, impedir la cubierta de; descubrir, revelar. Los judíos no tenían tal palabra en su lengua. Para esta clase de literatura utilizaban la palabra profecía. Lo apocalíptico representa el elemento de predicción en la profecía.
X. PREDICCION DEL FUTURO
Esta obra de predicción de los judíos era producida por el deseo de conocer el futuro. Querían conocer el futuro por que el presente les parecía del todo no satisfactorio, y algunas veces, aún intolerable, y creían que era el propósito de Dios remediar esas condiciones en alguna forma. En esta literatura apocalíptica se expresa el más elevado idealismo y esperanza del judaísmo. Representa un noble esfuerzo y demanda nuestra más profunda consideración.

XI.LITERATURA DE ESPERANZA
Este período estaba particularmente adaptado a lo apocalíptico porque era una literatura de persecución. Cuando los poderes políticos lo oprimían, y los que estaban dentro del judaísmo apostaban cuando el objeto más amado de la posesión del judío devoto: su religión era críticamente expuesta al peligro, entonces instintivamente volviese a Dios y lo futuro en busca de esperanza. Cuando la soberbia del judaísmo era humillada por la tiranía y la persecución , renunciaba al orden presente y se libraba de los grillos de su servidumbre, remontándose a la altura en las alas de la esperanza de otro orden del mundo en el cual Dios y la justicia serían supremos gobernantes.

XII.LITERATURA FUTURISTA
La Literatura Apocalíptica era del todo futurista en su punto de vista; de aquí que su estilo peculiar fuese el de la visión. Pero debe recordarse siempre que lo fu turístico era más bien general que específico, y que la visión era una figura de ciertos grandes asuntos e ideas, relacionadas con la situación que era real y presente para el escritor apocalíptico. Por lo general, la predicción era del cumplimiento del plan de Dios para Israel, y el triunfo finadle la justicia y de la ley.La patética palpitación de la esperanza judía en medio de la prueba y la persecución, halló su más satisfactoria expresión en la forma de los escritos apocalípticos. Este apocalíptisismo tuvo sus más primitivos modelos en Ezequiel y Daniel, y su más noble y más duradera producción en el libro de la revelación del Nuevo Testamento.


jueves, mayo 11, 2006

LOS DIFERENTES FORMAS DE ESPERANZA MESIANICA ENTRE LOS JUDIOS



Formas de la Esperanza Mesiánica

En Israel la concepción de la dirección religiosa abarcaba cuatro ideas cardenales.
Toda autoridad Viene de Dios, y esa voluntad podía cumplirse mediante ciertos instrumentos personales aprobados por él. Tal representante podía ser un profeta, el cual hablas directamente en nombre de Dios; un sacerdote, que se acercase a Yahvé a favor de su pueblo; un ángel, enviado por en misión especial de amonestación, ofrecimiento o instrucción; o como un rey, electo bajo la dirección de Dios para guiar los acciones de Israel. El carácter personal de la esperanza mesiánica tomaba forma en estos cuatros conceptos.

1. La predicación de Malaquías de que Elías el profeta seria enviado para preparar el camino del Mesías (Malaquías 3, 1; 4,5) se tomó por algunos como referencia, no al precursor, sino al Mesías mismo. Es probable que la idea de un Mesías profético se alentase también por Deuteronomio 18, 15, “Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Yahvéh tu Dios”. Esto condujo ala esperanza de que Dios introdujera la Edad de Oro de Israel con la persona de un gran profeta que llenaría la parte del Mesías. Tal esperanza aparece sin duda en I de Macabeos ( 4, 46 ; 5, 16 ), y sobrevive hasta los tiempos del Nuevo Testamento, como es evidente en las opiniones normales acerca de Jesús, descritas en Mateo 16, 14 y en las preguntas que la delegación de Jerusalén hizo a Juan el bautista ( Juan 1 ,21 ). En estas circunstancias, es Obvio que el ministerio del Bautista se , dirigió con singular brío a tal esperanza. Generalmente se acepta como un hecho histórico, que muchos de los discípulos de Juan el Bautista rehusaron abandonar su creencia en él como un verdadero Mesías, y perpetuaron hasta el siglo segundo una secta en la que se predicaba a Juan como Mesías, en oposición a Jesús. Esta concepción debió haber estado basada en la esperanza de un profeta mesiánico, porque difícilmente podía asignársele a Juan otra clase. Este aspecto de la esperanza mesiánica muy probablemente era sostenido y perpetuado por el vehemente anhelo, en los corazones de los más espirituales, de una vuelta al espíritu de profecía. Esta esperanza profética, sin embargo no era muy sobresaliente en el Judaísmo. Los samaritanos esperaban a un Mesías profético, pero los judíos tenían como importante otras esperanzas.
2. En la historia ínter bíblica más presente, aparece la concepción de un sacerdote mesiánico. El avivamiento de la esperanza en el corazón de Israel, motivados por los Macabeos, dirigió las esperanzas del pueblo hacia la tribu de Leví. Cuando las funciones de príncipe y sacerdote se unieron en simón, se dio especial impulso al desarrollo de dicha esperanza. El Testamento de los Doce Patriarcas, en las secciones más antiguas, que fueron compuestas durante la época de los Macabeos, se aguarda un Mesías sacerdotal de la tribu de Leví, sin embarga adiciones hechas más adelante enuncian la opinión relevante de que el Mesías sería de la tribu de Judá. Posiblemente de vestigios de ese parecer se encontraron en otra literatura de origen precristiano, fuera del periodo Macabeo, lo que se cree es que tal opinión fue de poca aceptación
3. Muchos del Judaísmo persistían en un Mesías sobrenatural. Como los poderes terrenales continuaban su opresión y el descontento del judaísmo con el presente orden del mundo crecía con mucha fuerza, era insostenible que la concepción del Mesías llegase a ser más relevante. Israel nunca había hallado estable alivio de fuentes humanas, pero por lo contrarío siempre retornaba a sus dificultades, en los caudillo humanos cuando se sublevaban y brillaban como resplandecientes promesas durante un tiempo, y luego declinaban y dejaban a la nación en situación peor que la anterior. Por tal razón muchos de los mejores espíritus desaparecen de la liberación humana, aún bajo el mandato y dirección divina. La intervención debería de venir del cielo y no de la tierra. De aquí que el Mesías fuera concebido como un ser angelical, preexistente y de carácter suprehumano, que sería enviado de los cielos por Yahvéh para liberar a su pueblo de la opresión.
4. Sin embargo el pensamiento más popular del Mesías era el de un rey guerrero, que surgiría como un héroe político y figura militar, para convocar bajo su ley a los judíos de todas las naciones y llevarlos en victorioso ofensiva contra sus enemigos. Los tiranos paganos serían aniquilados y la raza escogida de Dios sería la conquistadora del mundo. En este concepto se esperaba que el Mesías fuese descendiente de David, era algo natural, David había sido el gran héroe-rey de las tribus unidas, y su descendencia había demostrado ser mucho más firme que la de Jeroboam. Este concepto de un Mesías real davídico, alcanzo ascendencia en la pasión popular del judaísmo, especialmente en momentos cuando la dominación pagana llegó a ser más fastidiosa y tiránica, como en el período de la persecución Siria y durante los dos siglos de dominación romana ( véase imperio romano ). Durante esos tiempos, la esperanza de la nación se torno hacía un jefe guerrero (En los relatos del Nuevo Testamento Mateo 21,9; 22,42; Marcos 13,35; Lucas 20,41 y ssg/es), aparece como la opinión general en los tiempos de Cristo, y hay numerosos testimonios al respecto de oras fuentes, que fundamentan este punto de vista de los evangelios. Lo cual tuvo su principio en el Antiguo Testamento, donde la restauración de la línea davídica se proclama ampliamente (Véase Isaías 9,7; 11,1; Jeremías 23, 5 y 6 ). Aparece en I de Macabeos (2,57) y muy especialmente se expresa en los Salmos de Salomón (Véase especialmente 17,5 y 23). Señales indiscutibles de este concepto aparecen por doquier en la literatura del Judaísmo (por ejemplo IV de Esdras 12,32). Las versiones rabínicas de Isaías 11, 1; 14, 29, consecuentes dan testimonio de este pensamiento.

Es cierto que la opinión común el Tiempos de Cristo era que el Mesías sería una figura real y del linaje de David. Después de Cristo la esperanza de un príncipe guerrero se mantuvo por varías generaciones como el concepto mesiánico relevante del judaísmo, y ocasionó la destrucción final de su vida nacional.

De esta manera la opinión acerca del libertador de Israel desde la anticipación de un potentado puramente político que, por la fuerza militar, lograría la independencia nacional y sometería a los enemigos de Israel, hasta de un ser apocalíptico que vendría desde el cielo, acompañado de manifestaciones sobrenaturales, y destruiría a sus enemigos por medios sobrenaturales. Esta última opinión fue sostenida por los espíritus más místicos, pero es por esta misma razón la más ampliamente expresada en la literatura del judaísmo. La primera era la concepción popular, la opinión favorita de las muchedumbres. Sin embargo, aún el juicio popular parecía haber esperado que el origen del Mesías estuviese envuelto en el misterio Véase Juan 7,21 y siguientes) y que su misión fuese confirmada por demostraciones sobrenaturales (Compárese Mateo 12,38; Juan 7, 31).

Características Básicas del Mesianismo

Para obtener un entendimiento inteligente y comprensivo del carácter fundamental de la esperanza mesiánica, es tener en cuenta tres elementos básicos que correspondían al carácter esencial de la idea mesiánica y, prácticamente posesión común de todo el judaísmo.

1. La esperanza mesiánica consideraba una intervención especial del poder divino. Esta esperanza de los judíos encontró su fundamento principal en su fe de que Yahvé los había apartado como una posesión peculiar y escogida, y había hecho con ellos su Pacto de que nunca repudiaría sus relaciones especiales con ellos. De aquí que creyesen que a su tiempo Dios intervendría y se manifestaría en alguna forma espectacular como libertador de Israel. Pero otro criterio, especialmente característicos de los Oráculos Sibilinos, del Libro del Jubileo, y de la Ascensión de Moisés, era que Dios mismo, sin ningún intermediario, daría el triunfo a Israel. Según esta opinión, el Reino de Israel glorificado no sería una monarquía mesiánica sino una teocracia. Este era el ideal del movimiento de los zelotes.
2. Un elemento básico de la esperanza mesiánica común a todo el Judaísmo, era la espera de la suprema ascensión de la nación de Israel. La divina elección de Israel iba hasta el extremo de que Yahvé pudiese tener un pueblo que establecería su nombre en toda la tierra y haría suprema su ley. Por lo tanto los intereses nacionales de Israel y de la causa de Yahvé era lo mismo. Oponerse u oprimir al pueblo escogido significaba desafiar Yahvé y despreciar sus justas demandas. Esta situación de la raza hebrea los constituía en objeto legítimo del respeto nacional y consideraban que debían ser tratados con tal carácter. Pero por lo contrario, eran despreciados por los gentiles, cruelmente dominados y sometidos a la esclavitud por conquistadores imperiosos, uno tras otro, para ser abofeteados y estropeados en la más humillante forma. Para el devoto religioso Yahvé tendría que intervenir por lo que el era constantemente excitado por las naciones paganas y las consideraba como sus desafiantes enemigos. La edad mesiánica debía traer por la misma naturaleza del caso, la destrucción completa de los obstinados y la humilde sumisión al arrepentimiento. Aún de aquellos que nunca habían conocido a Israel, y consecuentemente no podrían ser culpables de una provocación a Yahvé, debían someterse a la nación escogida (Véase 2º. De Baruc 72, 5)Se esperaba que las potencias hostiles hiciesen un esfuerzo final desesperado y concertado para resistir al poder de Yahvé y sus elegidos solamente para ser vencidas y destruidas. Israel habría de llegar ser victorioso sobre todos sus enemigos y al volver toda la nación reinará en triunfo y bendición. Los que se había mostrado traidor a Israel. Estos no podrían tener parte en la Edad Mesiánica. De aquí que solo un remanente elegido participaría participación en los intereses sagrados de la nación, es decir en las glorias en el triunfo final de YAHVÉ y de la justicia.
3. Ora concepción básica sobre la cual el judaísmo como un todo estaba de acuerdo, era que la Edad Mesiánica traería la sujeción del mundo al gobierno de Yahvé y de su Ungido. El judío devoto creía que sería infinitamente mejor para los pueblos de la tierra el estar sujetos al absoluto, porque esto significaría la completa soberanía del Dios de Israel. Por supuesto, la pena de la destrucción total, o el eterno castigo de Gehenna, se aplicaría a un gran número de impenitentes, pero para aquellos que fuesen preservados, el cambio de condiciones seria una gran bendición. El Mesías reinaría en gloria y benificiencia, y la paz y la abundancia prevalecerían en toda la tierra. Los judíos creían y con razón que la absoluta soberanía de la voluntad de Dios produciría el estado más alto posible de felicidad humana. Esto habría de ser el principal complemento de la Edad Mesiánica. Los deseos carnales de la naturaleza humana opacarían hasta cierto punto, este ideal; pero es sorprendente observar cuán poco los deseos carnales influirían en las esperanzas que los judíos tenían de su Edad de Oro. Se esperaba que fuese una era de justicia trascendente, cuando la voluntad y la Ley de Dios mantendrían in disputado dominio, y el Mesías promovería y estimularía los más elevados principios de la vida recta. Cualquier cosa de la esperanza del futuro que se incluyese, estaría asociada con esa idea mesiánica. Era el centro vital de la religión judaica y producía un tipo de experiencia religiosa más espiritual que la que de otra manera podría haber sido posible en medio del formalismo farisaico. Era la sal conservadora de la vida religiosa judía, e hizo mucho más que cualquiera otra causa histórica en la preparación del recibimiento de Jesús.
Sin embargo es también cierto que la vida del judaísmo del primer siglo no contenía estimulo alguno más violento para las explosivas pasiones de odio racial y de prejuicio religioso, que esta misma esperanza mesiánica. Llego a ser la causa de una serie de disturbios, y estaba siempre lista para explotar con violencia, Uno de los grandes espectáculos de la historia fue la forma como Jesús utilizó los mejores elementos de este factor de la vida judía, y aún restringió sus manifestaciones extremas.

miércoles, mayo 10, 2006

EFECTOS DE LIDERES DEL IMPERIO ROMANO SOBRE EL JUDAÍSMO Y EL CRISTIANISMO



INICIOS DEL IMPERIO ROMANO


En los inicios del siglo V A. C. mientras Grecia se preparaba para defenderse de la agresión de los persas, en la zona occidental de Italia. Una nueva potencia política emergía como designada a ser una gran protagonista en los hechos dados tanto en Palestina como en el mundo mediterráneo. Esta potencia era la nueva República Romana. El pueblo común o plebeyo, alcanzó tener parte el gobierno de la República después de una seria de disturbios motivado por el yugo de la monarquía dada dentro de un ambiente de oligarquía e inclinado a la clase rica o patricia.
Después de luchar con éxito contra los invasores bárbaros del norte, dominado a sus vecinos en la península itálica, en los comienzos del siglo III. A.C. , los romanos se habían consolidado como una potencia nacional, lo cual le aporto enemigos acérrimos como el imperio Cartaginés. Cartago encontró en un personaje llamado Aníbal un caudillo valiente, contra el cual Roma se organizo y lucho. Después de una seria de luchas, conocidas como Primera, Segunda, y Tercera Guerras Púnicas, Cartago claudicó y dejo a Roma, en 146 A C., como potencia absoluta del Occidente. Después de un siglo Roma por el año 63 A. C. , cuando el imbatible Pompeyo lideró a las legiones romanas a través de Asia Menor, Siria, Palestina y Egipto, sometiéndolas al dominio romano totalmente. Con la habilidad y planeación de Julio César, la República Romana en los últimos 50 años A.C., se transformo en el Imperio Romano.
Gracias a todas sus conquistas el Imperio Romano extendió sus dominios prácticamente a todo el mundo mediterráneo. Sus límites orientales extremos estaban conformados por el Río Eufrates, y hacia el oriente se extendía hasta el Océano Atlántico. Los dominios por el Norte llegaban hasta el Danubio y los limites meridionales de Escocia, y hacia el Sur, hasta el desierto de Sahara. Únicamente el Océano Atlántico al occidente y las áridas extensiones del gran desierto al Sur, habían logrado frenar el triunfal avance de las legiones romanas.
De esta forma y en esta manera el mundo mediterráneo se vio bajo el dominio de un solo gobierno y todo este enorme imperio cayo bajo el mando de un solo hombre, Augusto César (Octavio), quien alcanzó una eficiente organización y el establecimiento de una era de paz y seguridad. Con él el imperio romano hizo su aparición y logró lo máximo
LA ADMINISTRACION DEL IMPERIO ROMANO


Seria dificultoso exceder la calidad del gobierno romano en la disposición del mundo. Concluyó el máximo de un proceso que había estado en desarrollo durante más de dos siglos. Este transcurso fue comenzado por Alejandro el Grande. Posteriormente de que el conquistador macedonio hubo juzgado y unificado a las disgregas y celosas fracciones de los estados griegos, entro al Asia Menor en el año 334 A. de C. y comenzó una campaña que consumó una de las expresiones históricas más grandes de todos los tiempos – la penetración de la cultura griega en la vida oriental. Desde entonces, griegos y orientales avanzaron de la mano para conquistar espiritual y e intelectualmente al mundo. Pero muy al principio de su avance, la civilización greco oriental se enfrentó a un serio obstáculo, que ciertamente hubiera sido fatal de no haberla salvado una manifestación histórica paralela. El despedazamiento del imperio de Alejandro después de su temprana muerte, y el desorden político que lo siguió, dividieron al nuevo mundo grecooriental en varias facciones combatientes y se produjo la gradual desintegración de esa estructura del dominio helenístico, que el maravilloso genio del Alejandro había establecido tan ampliamente en tan breve tiempo. Pero ya hemos visto cómo Roma avanzó desde el occidente, primero a Macedonia y después hacia las comarcas asiáticas, uniendo los dispersos y deteriorados fragmentos del imperio Griego con una organización coherente. Así Roma salvó al decadente helenismo y éste correspondió dando a Roma los maravillosos poderes de su superior influencia culturar y religiosa. “Grecia cautiva sojuzgó a su captor”. Los romanos pronto acogieron la educación, la filosofía, el arte y la religión de Grecia. Desarrollando los efectos estabilizadores y organizadores de su administración imperial sobre el mundo helenístico, el imperio recuperó los decaídos efectos de la civilización griega y le abrió el camino para su perdurable progreso.


I. El Gobierno Central

La ocupación principal del emperador era la orientación del ejército que mantenía autoritariamente bajo su poder y esto le daba dominio sobre todas las cosas relacionadas con Roma o sus provincias. El Emperador asimismo podía elevar a alguno al “orden” de la clase necesaria para ocupar un lugar en el Senado, y entonces conseguir un puesto publico, al cesar del cual lograba su ingreso al senado. Además se hallaba entre las facultades del emperador remover a un senador si en su opinión este ultimo no cumplía adecuadamente sus deberes, o había comprometido o perdido su calidad. De aquí que el emperador tuviese poderes casi ilimitados sobre los miembros del senado. Además, los decretos del Senado estaban sujetos al veto del emperador. Es dificultoso entender cómo estos hechos constituyeron del Senado sólo algo más que un adorno, mientras el emperador era el indiscutible jefe de la nación. Los lugares del cónsul y tribuno, que eran oficios superemos del Estado en tiempos de la Republica, eran ahora poco más que vacíos premios de honor que habrían de ser concedidos por el Emperador a sus preferidos. El gobierno romano del siglo I era una monarquía dominante en todo, excepto el nombre.


II. El Gobierno de las Provincias

Las provincias habían alcanzado a ser posesiones de Roma, de diversas maneras. En los días de la República unas se habían unido mediante alianzas voluntarias. Otras habían sido anexas serenamente de tiempo en tiempo. Pero la gran mayoría de los estados dependientes habían sido ocupados por las invencibles legiones romanas, e incorporados por la fuerza militar.

Escasas provincias eran gobernadas por reyes servidores, que admitían la suprema autoridad de Roma y pagaban el tributo estipulado, como era el caso del Herodes del Nuevo Testamento. En la mayoría de los casos el regente era un gobernador, señalado por la autoridad romana, o por el Senado, o por el emperador, según el estado de la provincia. El deber del gobernador era mantener a la provincia bajo el dominio de Roma, recaudar los impuestos y administrar justicia, donde correspondía a la ley romana. Los infractores de la legislación local eran juzgados por tribunales del país. En caso de que el acusado fuese un ciudadano romano, sabía apelar al tribunal imperial de Roma. Por esta ley Pablo logró apelar a César.


Tenían dos clases de provincias: las senatoriales, eran aquellas cuyos gobernadores eran escogidos por el Senado, sujetos a la aprobación del emperador, tales como Acaya, Macedonia, Asia, Chipre y Creta. Sus gobernadores eran llamados “procónsules”. Las provincias imperiales estaban bajo la vigilancia directa del emperador, y sus gobernadores eran sus representantes. En las divisiones imperiales más grandes o más importantes, el gobernador era alguno que había sido miembro del Senado y se le conocía como “propretor”, mientras las más pequeñas eran gobernadas por “procuradores” de la clase de los caballeros. A la postrera clase pertenecía la provincia de Judea, de aquí que Pilato fuese un procurador. En el habla popular el titulo “gobernador” se aplicaba libremente a cualquier administrador provincial. Entre las provincias imperiales del silgo I se contaban Panfilia, Galacia, Cilicia y Siria. Judea era una provincia procuratorial bajo la vigilancia de la administración de Siria. El gobernador de una provincia poseía un concejo como gabinete consejero, constituido por antiguos magistrados y
Ciudadanos con poder de influencia

Interiormente de las provincias había habitualmente grupos de ciudadanos romanos, con frecuencia compuesta de solados veteranos, que se conocían como “colonias”. Quedaban establecidas usualmente en el lugar de alguna ciudad ya existente. A tales grupos partencia no solamente la ciudad, sino una pequeña extensión de los campos de alrededor. En su gobierno esas colonias eran prácticamente duplicadas de la Roma Imperial eran “pequeñas romas”. Entre las colonias romanas del siglo I, son familiares al estudiante del Nuevo Testamento: Cesarea, Listra, Antioquia de Pisidia, Troas, Filipo y Corinto. Tenían también ciudades que habían logrado privilegios especiales, y la administración liberado de su gobierno local. Este privilegio era concedido por Roma, bien en reconocimiento de algún servicio distinguido que hubiesen prestado al imperio, o por su situación civil al ser conquistadas. Eran conocidas como “ciudades libres”. Tesalónica era una de estas ciudades.


III. Los Impuestos

Al principio del reinado de Augusto César, a intervalos de 14 años, se levantaba un ceso del imperio romano con propósitos de fijar los impuestos. Unote estos censos fue el motivo de la visita de José y María a Bethlehem, al tiempo del nacimiento del Jesús, probablemente el año 8 A. de C. La principal fuente de ingresos era el impuesto sobre la tierra, pero hubo muchas formas de impuesto personal y especial, aún el gravamen a los viejos solterones.

Las rentas podían dividirse en dos clases: impuestos y tributos. Los impuestos, que eran derechos aplicados a diversas mercancías y servicios, se recaudaban bajo la vigilancia del gobierno local. Estos derechos se reunían por medio de agentes seleccionados de entre los habitantes de la provincia y se remitían al funcionario representante del imperio. Los tributos sobre la propiedad y la persona ya no se enajenaban, como al principio se habían hecho, sino que se colectaban bajo el cuidado inmediato de funcionarios romanos. Los gravámenes se pagaban, bien en dinero o en productos. Los tributos de Egipto se pagaban principalmente en grano; los de Palestina en monedas.

La suma de las contribuciones se gastaba en la administración del gobierno local y en servicios públicos y mejoras. También se empleaban en reparaciones y reconstrucciones en caso de terremoto, incendio u otro desastre. Un saldo considerable se enviaba a Roma. Los tributos de las provincias senatoriales iban a la tesorería del Senado, y se empleaban en costear los gastos de ese cuerpo y la administración de la provincia de Italia. Los de las provincias imperiales se enviaban al emperador y proveían para el mejoramiento y alimentación de la ciudad de Roma, la manutención del ejército y los gastos personales del emperador.



ROMA Y LA RELIGION


I. La Religión Nacional

Roma otorgo el valor a la religión y mantuvo el culto de los dioses nacionales. La religión original de Roma, era definitivamente politeísta. En realidad, la tendencia de los romanos era separar toda la cualidad del carácter y experiencia de la vida que pudiese ser concedida vagamente, y deificicarla. Esto produjo una gran multitud de dioses.

Roma reconoció el valor de la religión y creó las condiciones para ser fomentada por funcionares del Estado a expensas publicas. Sin embargo, el culto del Estado estaba principalmente dedicado a las deidades nacionales. Hubo multitud de divinidades cuyo culto estaba confinado a las localices particulares, o a los oficios, o a las familias. Prácticamente cada familia romana tenia sus deidades patrimoniales que estaban instaladas en un pequeño altar, y a las que se ofrecía alimento y guirnaldas en compensación por su protección al hogar. Era a los dioses de interés general, como los que tenían que ver con el clima, la cosecha o el triunfo en la batalla, a los que incumbía el culto causado por el Estado.

Se considera que no tenían idea alguna de la relación o trato individual con la divinidad. Los dioses eran adorados solamente para provocarlos a conceder buena fortuna a la nación y a la familia. Puesto que el hogar era considerado primordialmente como un instrumento del Estado, el incentivo religioso esencialmente del romano antiguo era el patriotismo. Los dioses eran fundamentalmente dioses del Estado, y beneficiaban al individuo solamente en cuanto concedían favor al Estado o a la familia como elemento del Estado. De aquí que la religión fuese principalmente un asunto gubernamental, y los dioses sólo agentes en el progreso del Imperio.

Justamente antes de iniciar la Era cristiana, como resultado de la influencia de la cultura y filosofía griegas y de nuevas influencias religiosas, el interés popular en la antigua religión de Roma comenzó a retroceder. Cuando se vio decaer a la religión nacional se hizo un rápido esfuerzo por el gobierno imperial para restaurar su poder sobre la imaginación del populacho. Se gastaron grandes sumas del tesoro público en el aumento del culto nacional. Pero este interés era puramente utilitario; en ningún sentido moral o espiritual. No habían en los círculos imperiales devoción alguna a la religión como religión. Hasta donde los emperadores creían en los dioses, su principal desvelo era anotarlos como aliados del Imperio. Esto era una interferencia natural del concepto fundamental de que la religión era un asunto nacional y los dioses, bienes nacionales. Consecuentemente, para el romano la religión no era sino uno más de los servidores de Roma. El supremo interés del gobierno romano era el progreso y la prosperidad del Estado, la religión era sólo uno de los factores empleados para tal fin. Si alguna religión dejaba de servir a ese propósito, el Emperador se manifestaba indiferente hacia ella; esta finalidad arrasaba sobre si la ira imperial y se consideraba digna de exterminio.


II. La Política hacia las Religiones Extranjeras


Roma era marcadamente indulgente hacia las religiones extranjeras si se atiende al estado de ilustración de ese tiempo. Pero la política imperial hacia la religión era meramente de pasividad y no de libertad religiosa. En su vigilancia de los mejores intereses del Estado, el emperador vigilaba las manifestaciones religiosas como lo hacia en todos los aspectos de la vida. Ninguna religión podía esperar lograr gran triunfo y al mismo tiempo escapara durante mucho tiempo de la observación del gobierno. “El Estado, de hecho, exige el derecho de decidir qué dioses pueden ser adorados y aunque no se preocupa acerca de las dictámenes particulares de un hombre, prescribe los objetos de adoración publica, y de tiempo en tiempo insiste en la debida reverencia que debe serles otorgada.” En la ejecución de esta política, las religiones del Imperio se ponían bajo dos clasificaciones, conocidas como religio licita (culto permitido) y religio illicita (culto no permitido). Una religio licita tenia el reconocimiento y, si era necesario, la protección del Gobierno. Por otro lado, la religio illicita no obtenía el reconocimiento del Estado o la protección del Estado. No era ilegal, sino “no legal”: estaba fuera del dominio de los asuntos romanos. Podía persistir indefinidamente, y sus devotos fervientemente promover su culto, pero hasta donde éste no daba evidencia alguna de amenaza, en ningún sentido, para la unidad o la paz del imperio, los funcionarios romanos no hacían esfuerzo alguno para molestarla. El cristianismo era una religio illicita, pero al principio fue considerada por Roma como simplemente una nueva rama del judaísmo, que era una religio licita. De aquí que durante las primeras décadas de su historia, el cristianismo escapó de la vigilancia del Gobierno Romano. La persecución más primitiva, la de Nerón en el año 64 D. de C., fue el antojo personal de un caprichoso monarca más que una política imperial establecida. Pero en la época de Domiciano (81-96) el cristianismo había alcanzado tal prominencia y fuerza numérica, que se temía que con el tiempo pusiese en peligro la integridad y perpetuidad del Imperio, de modo que lo que había sido simplemente una religión no legal llegó a considerarse como religión fuera de la ley.


III. El Culto de Emperador

Mientras las antiguas religiones nacionales de Grecia y de Roma habían llegado a estar totalmente atrofiadas en el siglo I, una influencia religiosa que partía de los círculos imperiales hacia sentir ampliamente. Esta era el culto del emperador romano promovida como actividad de intereses políticos por el gobierno romano. Negarse a participar en este culto oficial del emperador era dar muestras de deslealtad al Imperio y aún podía, si se persistía obstinadamente, ser interpretado como traición. Este hecho hizo que el culto del Emperador estorbase excesivamente a los primeros cristianos, y fue, frecuentemente, causa de grave persecución.

La base de apelación del culto del emperador difería en el occidente y en el oriente. En Roma misma, y así en el pensamiento de los emperadores, se basaba en la antigua idea romana del genius. El genio de una persona, institución o cosa, era un espíritu guardián representativo que perpetuaba la categoría particular a la que pertenecía su cargo. El genio del poder de Roma imperial precedía el destino de cada subsecuente emperador. Era este genio imperial el que elevaba al emperador al puesto de la divinidad. Generalmente el emperador romano no se consideraba seriamente como divino. “Sin duda Augusto, al dar su sanción al culto de su genio, no había pensado en edificación alguna de si mismo. Pero en el Oriente el caso era distinto. La psicología religiosa del Oriente era muy susceptible de recurrir a un hombre deificado. Desde un pasado muy remoto, los reyes habían sido considerados como seres divinos, y vistos con una reverencia que difícilmente podría distinguirse de la adoración. Alejandro había sido contemplado como un dios por sus pueblos conquistados, y Pompeyo había hecho impresión semejante. Así, la mente asiática no tenia dificultad alguna en levantar a cada emperador al pedestal de la deidad, y los emperadores no vacilaron en tomar ventaja de este rasgo psicológico. Como resultado el cristianismo oriental tuvo la más dura lucha con esta forma de oposición, particularmente en Asia Menor.



LOS EMPERADORES ROMANOS


El propósito de esta exposición nos lleva a ocuparnos aquí solamente del carácter de los emperadores del Siglo I y de su relación con la historia del cristianismo del Nuevo Testamento. Por lo tanto, los mencionaremos en sucesión cronológica e indicaremos brevemente su relación con los acontecimientos de la historia cristiana del Primer Siglo.


I. Augusto César (31 A. C a 14 D. C.)

Después del establecimiento de la Republica, A gusto fue el primer caudillo romano que tuvo éxito en mantener por un tiempo largo su puesto como gobernante del pueblo romano. La experiencia con sus gobernantes en su historia primitiva había hecho a la palabra rey intolerablemente detestable para los romanos, de tal modo que no admitían insinuación alguna de ambición por la corona, de parte de alguno de sus caudillos. Aun cuando Augusto llegó a una posición segura de poder supremo, tuvo cuidado de no aceptar el odioso titulo de rey, pero insistió en ser conocido como “imperator”, la voz latina que se ha convertido en nuestro vocablo emperador y que denotaba al comandante en jefe de las fuerzas militares. Podemos observar, por las fechas que limitan su reinado, que Augusto era emperador cuando nuestro Señor nació en Bethlehem. Su nombre se menciona especialmente en Lucas 2:1. El fue quien designó a Herodes como rey de Judea. Después de la muerte de Herodes, Augusto dividió el reino de Palestina entre los tres hijos de aquel, aunque más tarde depuso y desterró a Arquéalo, poniendo a Judea en manos de un procurador. Augusto fue el más grande de los emperadores romanos, y uno de los más grandes estadistas de todos los tiempos. Estableció en el mundo romano el reinado de la paz, la famosa Pax Romana, y en un sentido muy significativo preparó el camino para el extraordinario entendimiento de la religión cristiana.


II. Tiberio (14 a 37 D. C)

Tiberio prometía, al principio de su reinado, llegar a ser un gobernante como su gran predecesor, pero después de pocos años se precipitó en una política de crueldad y despotismo. Fue él quien designó a Poncio Pilato como gobernador de Judea. La prolongada administración de Pilato en Judea se debió no a su eficiencia o popularidad, sino a la política de Tiberio en su trato con sus gobernadores. Consideraba mejor dejar a un gobernador durante un largo periodo, basándose en que bajo esta circunstancia, no habría tan gran tentación de despojar y robar a sus súbditos para enriquecerse durante su breve periodo como funcionario. Tiberio era en la época de su muerte, el admirado patrón y protector de Herodes Antipas. Agripa I ocasionó su disgusto y fue desterrado por él durante un tiempo, y aprisionado en cadenas en otra ocasión. El cristianismo había alcanzado tan reducida importancia durante su reinado que es casi imposible que pudiese haber sido notado por él.


III. Calígula (37 a 41 D. C)

Este fue uno de los más crueles y libertinos de los emperadores romanos. Era fanático y déspota. Los judíos de Alejandría que habían sufrido un ataque de los habitantes gentiles, apelaron a Calígula en busca de justicia, pero en respuesta solamente recibieron insultos. Tomó seriamente la designación artificial de divinidad de los emperadores romanos, y concibió la fanática creencia de que él era en la sombría realidad un dios en forma humana y determinó mantener su culto por si mismo en todo su reino. El culto del emperador había comenzado con Augusto, pero nunca había sido incrementado por tan extremas medidas y fanáticas exigencias como las adoptadas por Calígula, y nunca antes ni depuse con tan insensata vanidad. Los habitantes paganos de Jamnia, en Judea, construyeron un altar e instituyeron en suelo de Judea, el culto del emperador. Los judíos protestaron, y en respuesta a su protesta, Calígula ordenó que su imagen fuera colocada en el templo de Jerusalén, y pudo disuadírsele del temerario acto de sacrilegio solamente por la apremiante intercesión de agripa, que estaba en Roma en ese tiempo y en muy intimas relaciones con el Emperador. Fue Calígula quien restauró al fortuna del desventurado Agripa, y lo reinstaló en el varo imperial, concediéndole un reino. Desterró a Antipas y añadió sus reinos al dominio de Agripa. Calígula murió asesinado.


IV. Claudio (41 a 54 D. C.)


Claudio era débil de cuerpo y de espíritu, peor a pesar de esto, su reinado fue de prosperidad, y en los primeros años, de paz. Abarcó la mayor parte de las actividades misioneras de Pablo, y conservó al mundo ordenadamente, mientras Pablo predicaba. Fue ésta, por supuesto, una contribución muy inconsciente de parte de Claudio. Llegó a ser amigo y protector de Agripa I, a quien concedió el titulo de rey y el dominio de la mayor parte del territorio incluido originalmente en los dominios de Antipas y Filipo, tanto como la antigua provincia de Judea. En el año 52 fu ofendido por los judíos de Roma, probablemente debido a las agitaciones surgidas entre ellos por el cristianismo, y arrojó de la ciudad a muchos de ellos, entre quienes estaban Priscila y Aquila.


V. Nerón (54 a 78 D. C)

Este monarca conserva la no envidiable distinción de haber sido el más despóticamente cruel de todos los emperadores romanos. Impulsado por motivos de egoísmo había incendiado una gran parte de la Ciudad de Roma en el año 64 D. C. Tan fuerte fue la reacción del sentimiento popular, que Nerón comenzó a temer por su seguridad personal, y para librarse de las sospechas que recaían sobre él mismo, acusó a los cristianos de ese crimen. Se precipitó una persecución muy cruel. “Nerón prestó sus jardines para exhibir las torturas de las desventuradas victimas, y en la noche alumbró sus terrenos con las llamas de los cristianos que se consumían en las hogueras.” Esta persecución al principio fue local, pero más tarde se extendió, en ataques esporádicos, a otras partes del Imperio. Fue durante esta persecución cuando Pablo y Pedro sufrieron el martirio. Nerón fue el emperador que primero continuó con la guerra para reprimir la rebelión judía en Palestina. Tuvo un fin trágico. Llegó a ser tan impopular, que fue condenado por el Senado Romano, y sabia que el veredicto de esta asamblea se mantendría, porque tenia consigo la simpatía casi unánime del pueblo. En su confusión y pesadumbre se quitó la vida.


VI. Galba, Otón y Vitelio (68 a 69 D. C.)


Después de la muerte de Nerón, reinó la confusión en Roma por espacio de dos años. Tres generales de los ejércitos romanos, en rápida sucesión, se apoderaron del trono, cada uno obligado por su sucesor a abandonarlo y entregando su propia vida como premio de su ambición.


VII. Vespasiano (69 a 79 D. C. )

Finalmente Vespasiano, comandante de las legiones romanas de Siria y Judea, fue proclamado emperador por su ejército, el más poderoso del Imperio en ese tiempo, y logró establecerse en el puesto imperial. Había estado durante algún tiempo empeñado en guerra con los judíos, y, al llegar al trono, envió a su hijo Tito para dominar la rebelión. Tito capturó y destruyó a Jerusalén en el año 70 D. C.


VIII. Tito (79 a 81 D. C.)

El reinado de este emperador, hijo de Vespasiano ya mencionado, fue breve y pacifico y sin ninguna relación posterior de importancia con la historia cristiana.


IX. Domiciano (81 a 96 D. C)

En Domiciano tenemos una combinación de habilidad administrativa y tiránica crueldad. Los primeros años de su reinado fueron claramente suaves y pacíficos, pero creció en impopularidad y aumentó su sed de sangre. Al principio prestó poca atención al movimiento cristiano, pero en los últimos años, especialmente los dos últimos de su reinado, impulsó la persecución de los cristianos con ferocidad inflexible. Las más antiguas tradiciones dan testimonio de que, durante este periodo, Juan el Apóstol estuvo desterrado en la Isla de Patmos y escribió la Revelación. Es posible que casi al principio de su reinado (85 a 90) se escribiese el libro de los Hebreos. Exactamente después de terminarse el reinado de Domiciano, el Apóstol Juan murió en Efeso, dando fin al periodo que denominamos la Edad Apostólica.


LA DINASTIA IDUMEA


De hecho, Jerusalem había estado todo este tiempo bajo el dominio de Antípater, quien puede considerarse propiamente como el primer gobernante de la dinastía idumea. Esta línea real produjo a Herodes, quien tan frecuentemente aparece en la historia del Nuevo Testamento.


I. Antípater

Los idumeos eran sucesores de los edomitas, descendientes tradicionales de Esaú. En las campañas de Juan Hircano, Idumea fue anexada a Judea y su pueblo obligado a someterse al rito de la circuncisión, convirtiéndose así nominalmente en judíos. Antipas, padre de Antípater, fue designado gobernador de Idumea por Alejandro Janeo. Fue sucedido por Antípater, quien demostró ser un caudillo astuto, ambicioso y de grandes recursos. Dos hechos mostraron la astucia del hombre. Por una parte, adoptó la causa de la parte más débil de la familia Asmonea, porque sabía que el obstinado y agresivo Aristóbulo nunca le permitiría sujetar las riendas del poder: mientras, por el otro lado, cortejó a los sucesivos conquistadores romanos y obtuvo su favor, sabiendo que con su apoyo podría vencer toda clase de oposición. Tuvo éxito en hacerse “indispensable tanto al débil sacerdote Hircano como a los poderosos jefes de la República Romana”. Ya hemos visto cómo, utilizando a Hircano como instrumento, se apoderó del gobierno de Judea. Hircano era sumo sacerdote y gobernante nominal; Antípater realmente administraba los negocios. Bajo Julio César logró el protectorado de toda Palestina. Cuando se aseguró en la soberanía, procedió a conferir altos honores a sus hijos, Fasel y Herodes, designando al primero, gobernador militar de Judea y al último, Tetrarca de Galilea. Pero en medio de sus bien forjados planes de progreso, fue envenenado por una fanático judío.


II. Herodes

La mención de este nombre levanta ante nuestra visión mental otro nombre que está sobre cualquier otro, JESUCRISTO, el Salvador del mundo; porque fue mientras aún estaba en el trono Herodes, cuando Jesús nació en Bethlehem de Judea. El sanguinario reinado de este dramático gobernante puede dividirse en tres periodos: Lucha por la supremacía, administración progresista y caos interno.

1. Después de la muerte de Antípater, Judea se abandonó en manos de Fasel, y Galilea quedó bajo el dominio de Herodes. Pero días difíciles aparecían ante los dos hermanos. Julio César había sido asesinado a causa de la República se había perdido en Filipos. Así, los idumeos fueron arrojados al lado de los vencidos en la rivalidad de Roma. Eran odiados por sus súbditos como gobernantes extranjeros e impostores. Antígono, hijo de Aristóbulo II, pidió la ayuda de los partos y tomó Jerusalem. Fasel fue capturado y desesperado de la causa, se suicidó. Pero Herodes no pudo ser sometido tan fácilmente. Evadió a sus enemigos y después de muchas dificultades y privaciones llegó a Roma, donde pidió a Antonio que diese el trono de Judea al joven Aristóbulo, hijo de Alejandro.

Volvió a Palestina con un pequeño ejército romano, reunió otras fuerzas que simpatizaban con su causa, y logró la captura de Jerusalem en el año 37 A. C.

Después de que Octavio (Augusto César) alcanzó la supremacía del Imperio por su victoria en Accio, Herodes obtuvo de él la promesa de su amistad y protección. Mariana, su hermosa y amadísima esposa, fue acusada de infidelidad por su hermana Salomé y condenada a muerte. Su trágico destino pronto se repitió en la ejecución de su orgullosa y sagaz madre.

2. Llegó a ser ostensible (y quizás realmente) protector entusiasta de la cultura y el arte, e indujo a varios eruditos a establecer su residencia en su reino. No provocó guerra alguna no necesaria, dando así, al país, oportunidad para desenvolverse.

En su programa de reconstrucción, Herodes demostró cierta verdadera habilidad de estadista. Decidió la fundación de varias ciudades nuevas, la principal de las cuales fue Cesarea, denominada así por su patrono, Octavio. La ciudad de Samaria fue mejorada y engrandecida, se edificó en ella un hermoso templo, después de lo cual se cambió el nombre de la ciudad por el de Sebaste (nombre griego correspondiente a “Augusto”), en honor del emperador romano. Construyó nuevos fuertes para la defensa de sus dominios, y los edificó tan bien, que las ruinas de algunos permanecen hasta ahora. Reconstruyó el templo de Jerusalem aún con mayor magnificencia que el de Salomón, y erigió para si mismo, un esplendido palacio. Muchas otras mejoras se hicieron en la ciudad, como edificar un gran anfiteatro precisamente fuera de las murallas, y un teatro adentro. En estas empresas, Herodes dio verdadera evidencia de habilidad administrativa y de gusto arquitectónico. Probó que en diferente situación y con diverso temperamento, podría haber sido un gobernante verdaderamente grande.


3. Sin embargo, Herodes no habría de morir en paz, sino que cerró su despótico reinado en un estado de caos interno. Era natural, así, que tal estado de ánimo engendrase sospechas de todo lo que le rodeaba. Sus hijos de Mariana, Alejandro y Aristóbulo, fueron designados por él como sus sucesores. Fueron educados en Roma y preparados cuidadosamente para sus regios cargos; pero a su regreso a la corte de Herodes, por las envidiosas maquinaciones de Antípater, su hijo mayor, y de Salomé, se le hicieron sospechosos y fueron ejecutados. Poco más tarde supo que Antípater preparaba una conspiración contra su vida, por lo que lo encarceló y ejecutó después. Uno de los últimos actos de crueldad perpetrados por Herodes, fue el asesinato de inocentes de Bethlehem. Murió en atormentadora agonía por el año 4 A. C., después de un reinado de treinta y cuatro años.

De acuerdo con el testamento hecho por Herodes poco antes de su muerte, sus tres hijos entraron en posesión de sus reinos. Arquéalo se hizo rey de Judea (incluyendo Samaria e Idumea), Herodes Antipas llegó a ser tetrarca de Galilea y Perea, y Herodes Filipo, tetrarca de Traconite y regiones adyacentes.


III. Arquéalo

El único hecho que redime a su reinado fue que se empeñó en considerable número de construcciones. Después de diez años de administración trágicamente incompetente, fue desterrado y sus dominios pasaron a poder del emperador romano.

IV. Herodes Antipas

Las manchas más oscuras de su historia fueron su matrimonio ilegal con Herodias y el degüello de Juan el Bautista, a quien, como sabemos por Josefa, había encarcelado en Maquero. A él fue a quien Pilato le envió a Jesús para examinarlo (Lucas 23: 7-12). Herodias, en un ataque de celos hacia su hermano Agripa, persuadió a Antipas a ir con ella a Roma y pedir a Calígula, quien recientemente había llegado al trono, que le concediese el titulo de rey. Pero en vez de conseguir lo que buscaba, fue depuesto y desterrado.


V. Filipo

Sus dominios se mantuvieron en relativa paz y orden. Fue él, por todas sus diferencias, el mejor del Herodes. Schuerer resume toda su carrera diciendo que "su reinado fue dulce, justo y pacifico”.


LOS PRIMEROS PROCURADORES


Después del derrocamiento de Arquéalo, los judíos solicitaron ser relevados del gobierno de los Herodes. Prefirieron un gobernador nombrado directamente por Roma; sin embargo, no como política realmente deseable, sino como el menor de los males necesarios de la dominación pagana. De este modo Judea se colocó bajo la vigilancia del gobernador de Siria, y recibió un procurador.

La residencia del procurador estaba en Cesarea, aunque en ocasiones especial, particularmente durante las grandes fiestas, establecía sus oficinas temporalmente en Jersusalem, quizás porque la gran aglomeración de gente allí en ese tiempo, exigía su atención personal. En tales ocasiones vivía en el palacio de Herodes, en la parte occidental de la ciudad.

Muchos judíos hallaron empleo en la recaudación de estas contribuciones. Un individuo podría asegurarse el derecho de recaudar los tributos en determinado distrito, derecho por el cual pagaría al Gobierno Roano una cantidad estipulada por año, y cualquier renta superior a dicha suma que pudiese colectar, seria su propia ganancia.

Se suponía que habría un máximo fijado por la ley; pero era tan irregular, que se dejaba gran oportunidad a la extorsión. Estos recaudadores eran llamados en latín, la lengua oficial, publican, los “publícanos” de nuestro Nuevo Testamento, tan odiados por los judíos leales, tanto por ser extorsionados como por agentes de una potencia extranjera.

El procurador era comandante militar. Se ponía bajo su mando una fuerza de tropas provinciales, con la cual conservaba el orden y mantenía a sus dominios en sujeción. Estas tropas estaban acuarteladas en numerosos puntos, de modo que un solado romano era algo familiar en Judea.

La función judicial del procurador estuvo confinada casi totalmente a los casos de delitos capitales, dejándose todos los menores a la jurisdicción de los tribunales locales.

LOS ULTIMOS PROCURADORES


El odio racial de los judíos, y la crueldad y avaricia de los romanos, contribuyeron a crear una situación, cuyos horrores difícilmente pueden exagerarse.

De los procuradores de este periodo, Félix y Resto son los de mayor interés para el estudiante del Nuevo Testamento. Fue Félix quien puso a Pablo en prisión en Cesarea, durante dos años, por su esperanza de que “de parte de Pablo le serian dados dinero;… y ganar la gracia de los judíos” (Hecho 24:26,27). Esta breve nota descriptiva en los Hechos, es un epítome notablemente exacto del carácter del hombre. Y ante Festo, a quien acompañaba Agripa II. La expresión del carácter de estos dos funcionarios en la narración de los Hechos, esta en impresionante concordancia con lo que sabemos de ellos por otras fuentes.

Durante todo este periodo, desde 44 hasta 66 D. C., los judíos estuvieron en perpetuo estado de rabia y frenesí, preparándose para el sangriento drama que seria el periodo inmediato de su historia nacional. Fue cuando las condiciones se hacían más angustiosas cuando Pablo levantaba la colecta entre sus iglesias para los judíos cristianos desesperados en Jerusalem y alrededores. Su desamparo se debió probablemente, en parte, a los inciertos acontecimientos políticos
LOS BENEFICIOS DE LOS JUDIOS BAJO ROMA
Bajo Roma los judíos fueron tratados con mucha consideración mientras estuvieron sumisos al dominio romano. La religión llego a ser una de las reconocidas legalmente entre las del Imperio , lo cual significaba que estaba reconocida por las autoridades romanas y obviamente tener su protección .Se les permitió atender sus asuntos nacionales y privados en tanto mantuviesen la paz y se mantuvieran leales a Roma..
Tenían su propio cuerpo judicial y legislativo, el Sanedrín (Véase Instituciones judías).
La carga del tributo era intolerable, era asunto de gran molestia para los judíos legales, que veían como una desgracia nacional el ser obligado a hacer cualquier contribución, aunque fuese pequeña, a un gobernante gentil. Realmente los judíos vivieron mejor bajo el régimen romano que en cualquier otro tiempo desde la dominación persa. Pero el fanatismo de un exagerado celo religioso y exclusivismo racial, agitados por cierta clase de extremistas llamados Zelotes, mantuvieron al pueblo judío en perpetua agitación, y echaron leña al fuego del odio hasta que estalló la rebelión abierta, que finalmente resultó en el aniquilamiento de la nación. Si los judíos hubiesen cultivado el favor de Roma., su historia subsecuente podría haber sido diferente.

LA REBELION JUDIA

Los Zelotes (véase Zelotes) habían estado promoviendo fervientemente su propaganda por casi un siglo. La agitación había logrado los efectos que se pretendían. Había creado en el corazón del judaísmo patriótico un irreprimible odio hacia Roma y todo lo que en alguna forma representara a Roma. Fue durante este periodo de confusión cuando Santiago el hermano de Jesús haló su martirio por el año 62 D.C. muchas otras almas fieles descendieron a la muerte, sin que realmente tuviesen especial simpatía por Roma, sino porque se habían negado a participar en la insensata protesta de los guerrilleros.

La verdadera revolución estalló mientras procurador Floro (66 D.C. Este funcionario, avaro y sin escrúpulos, procuró despojar al templo de algunos de sus tesoros. Para vengar el insulto perpetrado así contra Jerusalén y todo Israel, Judea, tras breve intervalo de inútiles esfuerzos de arbitraje, se levantó en un poderoso, sangriento y desesperado esfuerzo para librarse del yugo romano. Mortandad y destrucción dominaron por todos lados.

Vespasiano, uno de los más grandes entre los generales romanos y más tarde emperador, fue enviado para dominar la rebelión. En rápida sucesión capturó las fortalezas que se habían preparado para la defensa. En Galilea, Josefa capituló tan pronto como los romanos lo atacaron. Al final del primer año de la guerra, Vespasiano estaba frente a Jerusalén. En esta coyuntura tuvo lugar un acont3ecimiento que se consideró habría de dar alguna ventaja a los revolucionarios. La muerte de Nerón produjo la confusión en la Ciudad Imperial, lo que ocasiono una cesación de hostilidades durante una temporada. Esto dio a los judíos una oportunidad para reorganizar sus fuerzas, pero en lugar de tomar ventaja de esta oportunidad, gastaron el tiempo en pequeña guerras civiles. Las tropas que se hallaban dentro de la ciudad se dividieron en varias facciones contendientes, que buscaban la sangre una de otras tan ferozmente como habían combatido con las avanzadas romanas.
Los Zelotes fueron reforzados por un ejército de idumeos, que introdujeron a la ciudad durante la noche, pero que muy pronto salieron, probablemente disgustados por la lucha civil entre los judíos. Gran número de las tropas de la defensa fue asesinado y valioso pertrechos se destruyeron de aquí que cuando Tito hijo deVespeciano y su sucesor en el mando, renovó el sitio con un ejercito de cuatro legiones de soldados regulares y muchas tropas auxiliares, los defensores de la ciudad no estaban preparados por resistir con éxito. Después de cinco meses de horrible sufrimiento, cayó Jerusalén y fue destruida por el conquistador romano. Numero considerable de los habitantes pereció por la espada, mientras muchos fueron tomados prisioneros para emplearse en los combates gladiatorios o para adornar la procesión triunfal del conquistador, que más tarde fue sofocada.
LA IDENTIDAD NACIONAL FUE SUPRIMIDA
El anterior resultado dejo una nación al margen de su desaparición como tal. La identidad nacional del judaísmo se esfumo totalmente y para nunca más volver. Las instituciones que le distinguían nacionalmente fueron suprimidas para siempre, como eran el Sanedrín y el Templo., y nunca más resurgieron. -Vale la pena recordar que los vasos del Templo fueron llevados a Roma y el Arco del triunfo elevado en Roma en honor a Tito describe el desfile y las pruebas de su victoria-.
Se tuvieron dos esfuerzos más por obtener mayores libertades y restablecerse. El primero por los judíos de Cirene, Egipto, Chipre y Mesopotamia, entre 115-117 d.C. Trajano los sometió con una gran matanza y más crueles restricciones. .La toma de Jerusalén fue el triunfo definitivo de la guerra, Rodiun, Macaerus, y por último Masada.
Una década después, bajo el Emperador Adriano hubo otra revolución entre los años 132-135 d. de J.C., la cual fue liderada por Bar-Cocba, quien se creía un Mesías y dirigió una horrenda insurrección, posiblemente ocasionada por el plan que tenía Adriano de edificar un santuario pagano en el lugar del Templo. Para sofocar la revolución los romanos aniquilaron los pocos restos de la nación y desataron una severa persecución a los judíos por todas las provincias del Imperio.

Palestina desde esa época fue totalmente propiedad de los romanos y Adriano plasmo su plan, reconstruyó la ciudad de Jerusalén como una ciudad gentil y la denominó Aelia Capitolina y se le prohibió a los judíos entrar en ella, prohibición que en los últimos siglos fue levantada. Sin embargo el judaísmo en Palestina llegó a su fin en el año 135 d. J.C.
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